Paralelamente, el cantante que está en el centro del escándalo que acosa a Vizcarra, Richard Cisneros, se presentó hoy en el Congreso y anunció que dejará nuevas pruebas, aunque no aclaró si beneficiarán o complicarán aun más al mandatario.
Antes había ido, rodeado de periodistas, al Palacio de Gobierno a pedir una audiencia con Vizcarra y anunciar que presentaría más audios ante la Fiscalía.
El escándalo estalló en mayo pasado, cuando la prensa descubrió que el Ministerio de Cultura le había ofrecido contratos presuntamente irregulares por 10 mil dólares a Cisneros, un artista poco conocido, en plena pandemia de coronavirus y crisis económica.
El Congreso necesita 87 votos para destituir a Vizcarra, que carece de partido y bancada propios.
Si Vizcarra fuera destituido, al no tener vicepresidentes, deberá asumir el Ejecutivo el presidente del Congreso, Manuel Merino, y convocar a elecciones "de inmediato", según la Constitución, que sin embargo no precisa un plazo para ello.
Pero este no es el primer choque de poderes que enfrenta Vizcarra. En septiembre de 2019, el mandatario disolvió constitucionalmente el Congreso y convocó a nuevos comicios legislativos para superar otra crisis.
El anterior congreso peruano, dominado por el fujimorismo, intentó destituir al anterior mandatario Pedro Pablo Kuczynski, hasta que logró forzar su renuncia. Fue sustituido por Vizcarra, quien era primer vicepresidente, en marzo de 2018.
En ese contexto, el expresidente Ollanta Humala opinó en Twitter que "esta es una crisis institucional originada por círculos cercanos al presidente y peligrosamente usada por el Congreso", y advirtió que "no cabe una vacancia", por lo que "Vizcarra debe continuar, atender la salud, reactivar la economía y garantizar elecciones limpias".