En ese campo, el papel del argentino Grossi fue y es fundamental.
"La central nuclear no puede ser un objetivo militar"
En su reunión en Moscú, Grossi defendió abiertamente los objetivos de la AIEA siguiendo la carta de las Naciones Unidas. Estuvieron frente a frente en Moscú en octubre del año pasado. La guerra llevaba ya 8 meses y la central de Zaporiyia, 7 en poder de los rusos.
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La central nuclear de Zaporiyia no puede ser un objetivo militar, le dijo Rafael Grossi a Vladimir Putin en Moscú (Foto: captura de TV).
En lo poco que se escuchó en las imágenes protocolares que registran estos encuentros de primer nivel, se pudo oír a Grossi decir claramente en inglés: "Con relación a la seguridad de la planta de Zaporiyia, usted sabe que he estado desarrollando esfuerzos para evitar un accidente nuclear de graves consecuencias".
Grossi contó que Vladimir Putin le hizo un completo relato de cómo se había llegado a esa situación desde el punto de vista de la geopolítica e historia rusa.
El diplomático argentino le recordó que bajo la carta de las Naciones Unidas, no puede aceptar la anexión por la fuerza del territorio (o una porción) de otro país soberano. Eso es lo que ocurrió con la central de Zaporiyia, que está en suelo ucraniano.
Grossi logró algo básico, que puede parecer escaso, pero fundamental en la diplomacia: "Acordar en que no hay acuerdo". Sin embargo, es clave, ya que permite seguir negociando y Grossi tuvo un gran éxito en eso para la seguridad nuclear del mundo.
"La AIEA está en Zaporiyia para quedarse"
Los primeros intentos por las revisiones periódicas a la central nuclear fallaron. Pero Grossi logró que, finalmente, el Kremlin lo aceptara. Hay que tener presente que Rusia es firmante de la Carta de Naciones Unidas, sus compromisos y, además, miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto.
Ante uno de los cinco grandes, Grossi obtuvo lo que quería: que una misión de técnicos de la AIEA verifique el estado de la planta: su funcionamiento, su seguridad y la amenaza de la guerra, con combates incluso a pocos metros de la central.
De hecho, Grossi participó personalmente en las dos revisiones que más interés despertaron en todo el mundo. Luego de varios meses, funcionarios de Naciones Unidas accedían al complejo de Zaporiyia para una compleja revisión.
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Rafael Grossi, durante la revisión en persona a la central nuclear de Zaporiyia (Foto: captura de TV).
Grossi, a los pies de uno de los reactores, anunció que un equipo de la Agencia de Energía Atómica permanecerá en el lugar para el control constante de la situación.
También estuvo en Kiev, para asegurarse con Volodímir Zelenski sobre el límite que no se puede ni debe cruzar: la central nuclear no puede ser un objetivo militar.Está en terreno ucraniano, dominado por los rusos, pero no puede recuperarse por medio de combates.
Pleno mandato por 4 años
Hace 4 años, en Viena, la Conferencia de la AIEA, lo designó como su director general. Fue el primer diplomático latinoamericano en lograr semejante distinción. Su objetivo, velar por la seguridad y el uso pacífico de la energía nuclear, se trastocó con la guerra que comenzó el 24 de febrero de 2022.
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Viena, septiembre de 2023. Como un símbolo, reponen el cartel con la jerarquía de Rafael Grossi, que estará al frente de la Agencia Internacional de Energía Atómico por otros 4 años (Foto: captura de TV).
La reunión de la AIEA de este lunes tuvo un momento simbólico. Tras ser ratificado en el cargo, colocaron el cartel que lo identifica en el atril principal como director de la AIEA. Poco después, Grossi dijo en su discurso: "Mi objetivo, y por eso debo ser controlado, es que ningún gobierno o agente externo condicione mi acción. Solo debo mantenerme fiel a los objetivos de la Agencia de Energía Atómica".
No cabe duda que, en un conflicto sin solución, dejó bien en claro su postura frente a Vladimir Putin, una de las personas más autoritarias del planeta.