Medellín en los 80, dominada por el narcotráfico
En la ciudad se desarrolló el imperio que manejó Carlos Escobar Gaviria, dedicado al negocio de la droga en su aspecto más rentable: exportar los estupefacientes para el consumo en los Estados Unidos.
Para eso, a fines de la década del 70 y en los primeros años de los 80, comprendió que necesitaba crear una imagen favorable, una "pantalla". Fue así que con la fortuna que comenzó a ganar gracias al narcotráfico, decidió crear barrios para personas carenciadas, escuelas, clubes deportivos y hasta un barrio entero, irónicamente "Medellín sin tugurios".
Hoy es el barrio conocido popularmente como Escobar (el que ilustra nuestra foto principal) aunque su verdadero nombre sea otro.
Desde allí, Escobar también llegó a la política y hasta resultó electo senador suplente para el Congreso Nacional. Pero en 1983, el Ministerio de Justicia puso en duda la legalidad de sus negocios. Poco después, la DEA (Agencia de Control de Drogas en Estados Unidos) puso su foco en él y sus actividades.
Allí comenzó la llamada "ley de plata o plomo" que transformó la vida de Medellín y por extensión a Bogotá, la capital del país. Era muy simple...empresarios, policías, funcionarios políticos y judiciales y hasta periodistas aceptaban sus extorsiones y recibían plata o en caso contrario...plomo.
15.000 orificios.jpg
15.000 orificios en un monumento recuerda a los asesinados por el narcotráfico en Medellín durante poco más de una década (Foto: Captura de TV)
El papel de Carlos Escobar Gaviria
De esa manera, con extorsión, sobornos, compra de voluntades y crímenes, se convirtió en el máximo narcotraficante de Colombia. Controló el 80% de la producción mundial de cocaína y el 60% de lo que se consumía en los Estados Unidos. Mientras la vida en Medellín se transformaba con una inseguridad creciente.
Se estima que al menos 15.000 personas murieron por efecto de las balas o los coches bomba que utilizaba el narcotráfico para mantener y aumentar su poder. Un "estado" dentro del estado colombiano. Con miles de personas a sus órdenes. Algunos como parte de un ejército de protección. Otros, para darle protección desde el poder.
Llegar al jefe narco era una tarea imposible, algo de lo que parece verse ahora en Rosario.
El auge del narcotráfico y de Gaviria se dio entre 1989 y 1993. Solo en esos 4 años, en Medellín murieron 5.500 personas. Entre ellos, más de 600 policías.
También, el narcotráfico se cobró la vida de jueces y fiscales que investigaban sus negocios clandestinos y exportaciones de cocaína. Ya en 1984 murió asesinada la jueza Laura Bonilla, la primera que comenzó a investigarlo seriamente a Gaviria.
parque y edificio mónaco.jpg
El parque de la "inflexión", se levanta donde se hallaba la torre Mónaco, la vivienda principal de la familia Escobar. Se creó en 2018 a modo de punto de partida para una nueva ciudad de Medellín pacificada. (Foto: Captura de TV)
Hubo dos golpes que marcaron el poder del narcotráfico del cartel de Medellín. En 1989 asesinaron a balazos a Luis Carlos Galán, precandidato presidencial. Galán se comprometió públicamente a enfrentar con dureza y honestidad a las bandas de traficantes. Un grupo de pistoleros se mezcló entre los que iban a escuchar su discurso y lo mataron delante de todos sus seguidores.
Allí hubo un pequeño punto de inflexión. El presidente colombiano decidió que los narcos podrían ser extraditados a EE.UU. sin la necesidad de un acuerdo judicial, bastaba un decreto. Más de 13.000 personas vinculadas a los cárteles fueron detenidas. (Un año antes secuestraron y mataron al procurador general de la Nación).
El principal atentado lo cometió el cartel de Medellín el 6 de diciembre de 1989. Pero en la capital del país. Un coche bomba con 500 kilos de dinamita explotó junto a la sede de la oficina para la lucha contra el narcotráfico.
El objetivo era eliminar a su jefe, el general Maza Márquez. Pero logró sobrevivir por las medidas de seguridad que había tomado. Una puerta blindada protegía su despacho. Cuando la abrió y dejó el lugar comprendió la magnitud del atentado: 63 muertos y más de 700 heridos.
El cartel de Medellín y los "extraditables" (un grupo asociado, con ese nombre porque eran pretendidos por los Estados Unidos), le declararon la guerra al gobierno colombiano. En solo tres meses hubo 289 atentados, con 300 civiles asesinados y más de 1.500 heridos.
Control narco desde la cárcel y una fuga increíble
Gaviria permaneció en la "clandestinidad" (siempre un funcionario o un policía o un militar le avisaba ante un posible ataque para detenerlo) hasta que una negociación particular hizo que se entregara.
Fue otra muestra más del poder narco en Medellín (y Colombia). El gobierno votó una ley por el que no concedería extradiciones a los Estados Unidos. Era el a{o 1991 y el presidente, César Gaviria.
Pablo Escobar se presentó detenido y fue llevado a la desde entonces "famosa" cárcel de "La Catedral" de Envigado.
Desde allí, gracias a la corrupción y el soborno, siguió manejando sus negocios de narcotráfico, sus amenazas y decidiendo asesinatos.
Hasta que se cansó. El 22 de julio de 1992 se fugó del penal junto con su hermano y varios secuaces. El presidente Gaviria, convertido en un hazmerreír mundial, decidió que era tiempo de dar un corte definitivo.
La búsqueda duró 17 meses. En ese tiempo, la violencia en Colombia, entre los narcos y fuerzas del gobierno dejaron un saldo de 80 civiles y 100 sicarios. Más de 300 "soldados" del narcotráfico fueron abatidos.
muerte de gaviria.jpg
Pablo Escobar Gaviria, muerto de tres disparos el 2 de diciembre de 1993. Fue el final del jefe del cartel de Medellín (Foto: Archvo)
El final de Pablo Escobar
El cartel de Medellín estuvo reducido por la acción del gobierno y el apoyo de otros grupos narcos que quisieron reemplazarlo. Así llegó el dato clave para poder ubicarlo. El 2 de diciembre de 1993, Pablo Escobar Gaviria murió al huir de una patrulla especial. Quedó tendido en un techo. Las versiones varían. La historia oficial asegura que los uniformados le dieron tres balazos. Uno mortal en la cabeza.
Otros en cambio, dicen que el jefe del Cartel de Medellín se disparó ese tiro final antes de ser detenido.
“Preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en los Estados Unidos”, era una de sus frases más conocidas.
medellín hoy.jpg
¿Hay una nueva Medellín o simplemente un "pacto" entre autoridades de jefes narcos? (Foto: Captura de TV)
¿El fin de los cárteles y renacimiento de Medellín?
Hoy Medellín exhibe una cara renovada. Sus casi 3 millones de habitantes se sienten liberados y más seguros. Aunque algunos habla de una "paz mafiosa antes que una paz institucional”.
Equivale a una suerte de “pacto” entre el narco y algunas autoridades: no generar mayor violencia para que puedan mantener sus operaciones.
Ahora, el "narcomenudeo" está creciendo en las calles de Medellín. Es el "mercado interno" que aumenta mientras siguen las "exportaciones".
Si se miran las cifras fríamente, la situación ha cambiado. En el peor momento del narco apogeo, se producían 19 asesinatos por día en la ciudad de Medellín. La tasa de homicidios llegó a ser de 355 personas cada 100.000 habitantes. Hoy es solo 15,5 cada 100.000 personas. ¿Es un cambio verdadero o una "transacción"?
Ciudad de Medellín.jpg
La tasa de homicidios en Medellín bajo drásticamente en los últimos 20 años. (Foto: Captura de TV)
En Rosario, el problema por el momento parece ser local. Es decir, no hay una situación planteada por el ingreso de drogas a nivel masivo a los Estados Unidos. La DEA, observa.
Pero es un grave problema interno que crece de manera exponencial. Las cifras oficiales del narcotráfico son duras: en el 2022 hubo 258 homicidios relacionados con organizaciones de la droga. Hay 22 muertes por habitante y en febrero último se contabilizaron 33 asesinatos (28 días). Los clanes familiares de narcos comienzan a disputarse el control en zonas de la ciudad. No solo el peligro que representa la banda de los monos, que sigue manejando el delito desde la cárcel.
En la ciudad de Rosario, el 59% de los delitos provienen de la venta de drogas. La respuesta de la provincia no parece ser suficiente o la correcta: Ya hubo 10 jefes de unidad regional en Rosario y 4 ministros de seguridad en Santa Fe.
La situación diaria es alarmante. En lo que va del año 2023, ya se produjeron más de un muerto por día en esa ciudad. 8 crímenes en los primeros 7 días del mes de marzo.
La intimidación a Messi, a través de balear el supermercado de la familia Roccuzzo, le dio dimensión global a lo que ocurre en Rosario. No cabe duda sobre una cosa escuchada en estos días: hay que hacer algo más.