Lo que a simple vista parece una mutación o una broma macabra de la naturaleza es, en realidad, consecuencia de una enfermedad conocida como virus del papiloma del conejo de cola de algodón (CRPV por sus siglas en inglés). Se trata de un padecimiento que provoca la aparición de tumores alrededor de la cabeza y el rostro de estos animales, lo que les da ese aspecto espeluznante.
Testimonios y primeros casos recientes
En Fort Collins, una vecina que se topó con uno de estos ejemplares, quedó impactada y muerta de miedo. “Parecía tener púas negras o palillos de dientes negros saliendo de toda la zona alrededor de la boca”, describió al momento de denunciar a las autoridades el tipo de animal que había visto. Con un conejo silvestre, se hubiese acercado o dado de comer. Con este, solo atinó a salir corriendo asustada.
Las imágenes y videos compartidos por los residentes muestran conejos con extrañas formaciones negras, largas y rígidas, que recuerdan tentáculos o espinas. Esta apariencia ha hecho que algunos los comparen con criaturas míticas, pero en muchos otros el temor a que estos "mutantes" puedan transmitir enfermedades.
Cómo se transmite la enfermedad
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El conejo "mutante" tiene unas protuberancias como espigas o tentáculos por una enfermedad cancerígenas (Foto: Gentileza NYPost)
Según la organización Colorado Parks and Wildlife, el CRPV se propaga principalmente en los meses más cálidos del año y su transmisión se produce a través de la picadura de insectos como pulgas y garrapatas. Estos parásitos actúan como vectores, llevando el virus de un animal a otro. Solo con esta descripción, sirve para atemorizar a los pobladores por sus mascotas.
De acuerdo con el portal especializado Pet MD, una vez infectado, el conejo comienza a desarrollar tumores alrededor de su boca, cabeza y a veces en el cuello. Estos crecimientos, que en un principio pueden ser pequeños, pueden alcanzar tamaños considerables y tener formas irregulares, parecidas a púas o tentáculos. Eso le da el aspecto repugnante y provoca temor en la población.
Un antecedente que generó gran atención ocurrió en 2013, cuando un residente de Minnesota filmó a un conejo con numerosas protuberancias en su cabeza y lo apodó el “conejo Frankenstein”. El video se viralizó y reavivó comparaciones con criaturas ficticias.
Riesgos para los animales y la población
Las autoridades han sido claras. No solo son feos por esas protuberancias que en algunos casos, le cubren la cabeza por completo: no se debe intentar capturar, tocar ni alimentar a estos animales enfermos. Aunque el CRPV puede transmitirse fácilmente entre conejos, no hay evidencia de que infecte a seres humanos o a otras mascotas, por lo que no se lo considera un riesgo para la salud pública.
Sin embargo, para los conejos, la situación puede ser fatal. En algunos casos, los tumores se reducen de forma natural con el tiempo. Pero en otros, las protuberancias crecen tanto que impiden al animal alimentarse adecuadamente, llevándolo a morir de hambre.
El problema es aún más grave en los conejos domésticos, que pueden desarrollar complicaciones adicionales como carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer de piel agresivo y potencialmente mortal. Por esta razón, los veterinarios recomiendan mantener a los conejos de compañía alejados de áreas donde haya presencia de pulgas o garrapatas y evitar el contacto con ejemplares salvajes.
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Los conejos con tentáculos pueden contagiar y deformar a otros animales silvestres. (Foto: Gentileza NYPOST)
Tratamientos y limitaciones
En caso de que un conejo doméstico contraiga el CRPV, los veterinarios pueden extirpar quirúrgicamente las lesiones antes de que evolucionen a cáncer. No obstante, la enfermedad no tiene cura conocida y el procedimiento quirúrgico no siempre es viable, especialmente en animales debilitados. Esto hace que cuando aparece uno de estos conejos con tentáculos, se los persiga para evitar que pueda contagiar a ejemplares sanos
El pronóstico depende de la gravedad de las lesiones y de la rapidez con que se detecte la infección. En ambientes silvestres, la mayoría de los conejos infectados no recibe tratamiento, lo que reduce significativamente sus posibilidades de supervivencia en casos avanzados.
Un fenómeno que despierta interés y temor
Más allá de la preocupación veterinaria, la imagen de estos “conejos Frankenstein” o con tentáculos, propios de la serie "The last of us", ha captado la atención del público y de los medios internacionales por su carácter insólito. En redes sociales, algunos usuarios reaccionan con asombro, otros con compasión, y no faltan quienes asocian las imágenes con películas de terror o ciencia ficción.
No obstante, para los biólogos y expertos en fauna, se trata de un fenómeno serio que pone de relieve la interacción entre la vida silvestre y los parásitos transmisores de enfermedades. Algo que nos recuerda inmediatamente a la fragilidad del equilibrio ambiental que vivimos con la zoonosis de la pandemia de Covid desde fines de 2019.
Además, obligó a intensificar campañas de educación pública en torno a cómo actuar ante animales enfermos para evitar tanto riesgos de propagación como sufrimiento innecesario.
Las autoridades de Colorado Parks and Wildlife y veterinarios especializados insisten en seguir tres pautas esenciales:
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No acercarse a conejos con lesiones visibles.
Evitar que las mascotas tengan contacto con fauna silvestre.
Controlar pulgas y garrapatas en áreas domésticas y rurales.
En el caso de los conejos domésticos, los dueños deben vigilar cualquier cambio en la piel, especialmente alrededor de la cabeza y el cuello, y acudir de inmediato al veterinario si observan bultos o crecimientos anormales. Si un bicho doméstico se infecta, debe ser separado de ese hogar de manera inmediata.
El virus no amenaza la salud humana, su impacto en la población de conejos silvestres y domésticos es significativo, y la prevención sigue siendo la mejor herramienta para contenerlo. Pero el aspecto desagradable de los conejos con tentáculos recuerdan a criaturas mutantes propias de videojuegos o películas. Una vez más, la realidad, supera a la ficción