“Hay que esperar un poquito”, dijo a A24.com una alta fuente presidencial al caer la tarde. Solo faltaba definir si el ministro de Economía, Martín Guzmán, ordenará este viernes la cancelación con el FMI del vencimiento de 718 millones de dólares y la del martes de 366 millones. El Gobierno busca evitar esos pagos y que pasen a formar parte de la renegociación global de la deuda de 44.000 millones de pesos que hay que reprogramar.
Sin embargo, las negociaciones indicarían que esos vencimientos serán cancelados previa confirmación del Fondo de que firma el acuerdo de facilidades extendidas con la Argentina.
Versiones y desmentidas de Cerruti
Ante una versión de un portal de noticias que indicaba por la tarde del jueves que el acuerdo ya estaba logrado y que se anunciaría este viernes a las 10, la portavoz presidencial Gabriela Cerruti tuvo que bajar las expectativas. “A esta hora las conversaciones entre el gobierno argentino y el @FMInoticias continúan sin que haya definiciones ni novedades que comunicar”, escribió Cerruti en la red Twitter.
El Presidente y el ministro de Economía mantuvieron una seguidilla de reuniones y llamados telefónicos entre ellos y con funcionarios del gobierno y del FMI que estaban en Washington.
“Por el estado de ánimo que existe, todo parece indicar que habrá acuerdo respecto de estos vencimientos y del acuerdo de facilidades extendidas por diez años”, señalaron a A24.com en fuentes oficiales de la Casa Rosada.
En esto coincidían los más altos funcionarios de Presidencia y del Ministerio de Economía, más allá de las tensiones que dejaron las críticas de la vicepresidenta Cristina Kirchner al FMI y de los pedidos del Fondo al país por un plan “sólido y creíble”.
Los detalles que faltan conocer
Todo parece indicar que en las últimas horas de las negociaciones se dirimen entre la Argentina y el FMI los detalles de la velocidad de la convergencia al déficit fiscal cero: el Fondo pide que el equilibrio llegue en 2025; la Argentina en 2027.
Ese sería el mecanismo que Cristina Kirchner exige para que el ajuste en 2022 y 2023 no comprometa la posibilidad de reelección del Frente de Todos.
Sin embargo, en la Casa Rosada había un fuerte hermetismo, al igual que en Economía. Tal como dijo en la mañana la portavoz presidencial Gabriela Cerruti, los dos negociadores eran el Presidente y Guzmán. “La negociación es hora por hora y está liderada por el Presidente y el ministro Guzmán”, dijo Cerruti. Señaló que era una “negociación delicada” y reiteró: “No vamos a comprometer el crecimiento de la economía: firmaremos un acuerdo que nos permita pegar en forma sostenible”.
La voluntad política del Gobierno es acordar
Las palabras de la portavoz dejaron traslucir el optimismo de la Casa Rosada o al menos la voluntad política del Presidente de llegar a un acuerdo con el FMI lejos de las posturas extremas del kirchnerismo que en las horas previas del miércoles alentaba a un default con el FMI. “Si se llega a firmar una carta de intención con el FMI va a ser enviada al Congreso”, dijo Cerruti. “Lo sabremos en las próximas horas”, señaló dando pistas del rumbo que en el fondo la propia Cristina Kirchner sabe inexorable.
La vocera aprovechó la volada para señalar que el ex presidente Mauricio Macri no había enviado el acuerdo Stand by al Congreso en 2018 cuando tomó el préstamo de 44.000 millones de dólares que ahora renegocia el Gobierno en un acuerdo de facilidades extendidas a diez años con cuatro de gracia.
Mientras tanto, puertas afuera de la Casa Rosada el dólar paralelo seguía su escalada hasta los 223 pesos debido a la incertidumbre sobre las negociaciones por esas horas; los dólares financieros se disparaban y el riesgo país quedó en 1906 puntos, en un repunte luego de la caída del miércoles.
“Se negocian decimales, pero hay una actitud receptiva del FMI, tal vez por una decisión política del gobierno de los Estados Unidos que encabeza Joseph Biden”, señalaban en Balcarce 50.
Reuniones frenéticas en la Presidencia y en Economía
Guzmán mantuvo llamados permanentes con Washington. Estuvo en contacto durante toda la jornada con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, e intercambió muchos números y planillas con la directora adjunta para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y con el encargado de la misión argentina, Luis Cubeddu.
También, el ministro mantuvo al Presidente informado en todo momento y hablaron entre ellos decenas de veces.
Por el lado de Alberto Fernández, toda su agenda estuvo circunscripta en el primer piso de la Casa Rosada a la negociación con el FMI. Tuvo llamados y reuniones varias. Almorzó con los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Vivienda y Hábitat, Jorge Ferraresi; de Desarrollo Social, Juan Zavaleta, y con el jefe del Gabinete, Juan Manzur.
También estuvo en permanente contacto con los funcionarios de trato cotidiano: Cerruti, la secretaria legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el secretario general Julio Vitobello.
Kulfas, el enviado de Alberto contra el kirchnerismo duro
Todos esos funcionarios se iban llevando impresiones optimistas respecto de que el objetivo final es el acuerdo con el FMI. De hecho, el Presidente le dio luz verde al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para que saliera muy temprano por la mañana a desautorizar a los referentes del kirchnerismo que habían coqueteado el día anterior con la posibilidad de un default con el FMI y buscó desactivar esa versión antes de la apertura de los mercados.
Los diputados Leopoldo Moreau y Fernanda Vallejos y el director del Banco Nación Claudio Lozano habían señalado que un default no sería tan malo.
“Somos optimistas”, decían en el entorno presidencial por la noche. Esta discrepancia entre la voz oficial de Kulfas y las posturas extremas del kirchnerismos revelan que no siempre las voces más radicalizadas son escuchadas por el Presidente y ni siquiera tienen el guiño de la vicepresidenta.
Anuncios inminentes
En ese sentido, este viernes podría haber anuncios más concretos respecto del final de las negociaciones y un acuerdo. Alberto Fernández dejó la Casa Rosada a las 20.30 mientras algunas versiones, luego desmentidas, indicaban que el Presidente grabaría un mensaje a las 10 del viernes. Finalmente se confirmó que a esa hora se difundiría el anuncio.
La agencia Bloomberg publicó que el staff del FMI convocó para la primera hora del viernes en Washington a una reunión de la junta directiva donde se comunicarían novedades.
En medio de las frenéticas negociaciones, el dólar blue trepó a $ 223, el Banco Central vendió US$ 100 millones para calmar la mayor demanda de divisas y el riesgo país subió a 1906 puntos, con una baja de los bonos soberanos del 2%.
Mientras tanto, Guzmán colocó deuda por $ 281.000 millones y logró financiamiento para cubrir el déficit fiscal sin fondearse con el Banco Central después de la emisión de diciembre. Esto forma parte de las necesidades diarias mientras que las miradas estaban puestas en los detalles que faltan cerrar con el Fondo.