Farré fue condenado en 2017 en un juicio por jurados a prisión perpetua como autor de un “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por tratarse de un femicidio”.
Durante todo este tiempo transcurrido, fue alojado en diferentes cárceles porque tuvo algunos problemas con otros presos. Estuvo en unidades de San Martín, Dolores, Bahía Blanca.
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El momento de la detención de Fernando Farre tras asesinar a su esposa. (Foto: archivo)
En abril de 2020, Farré solicitó la prisión domiciliaria por temor a contraer el virus dentro del penal y su defensa planteó que, a partir de su cuadro de hipertensión, dislipemia, depresión crónica, hernia de hiato y una serie de internaciones previas, estaba en una situación de riesgo de muerte ante una eventual infección por COVID-19.
Finalmente su pedido fue rechazado. Poco después, al femicida le secuestraron dos teléfonos celulares que tenía en la cárcel: fue denunciado por hostigar a través de redes sociales a testigos, a la hermana de la víctima y hasta a una de sus hijas.
Hoy, a sus tres hijos les envió un mensaje a través de su abogado, Omar Saker: afirma "no recordar" lo que pasó ese día, sentirse “mal y sorprendido”.
“Quisiera que mis hijos hubieran crecido junto a su madre como corresponde, todos los días rezo por ellos”, le dijo el letrado a TN.
El matrimonio de Claudia Schaefer y Fernando Farré ya había llegado a su fin. En el marco de un conflictivo divorcio que incluía una denuncia de la víctima en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia y una exclusión de hogar del imputado del domicilio que compartían en el barrio porteño de Recoleta, la mujer de 44 años fue a su casa de fin de semana a buscar algunas de sus pertenencias junto a su abogado.
Era un 21 de agosto de 2015, cuando se dirigió al vestidor de la casa a retirar su ropa, Farré entró detrás de ella, cerró la puerta con llave y la atacó con dos cuchillos que previamente sacó de la cocina.
El homicidio tuvo como testigos a la madre del femicida, a una de sus abogadas y al letrado de Schaefer, quienes escucharon u observaron todo lo que sucedía en el vestidor detrás de la puerta que estaba bloqueada o desde una ventana que daba al jardín trasero de la casa.
Según la autopsia, Farré le ocasionó con golpes y los cuchillos un total de 74 lesiones a su esposa, de las cuales 66 fueron heridas de arma blanca, y la causa de la muerte fue un degüello.
El administrador de empresas, detenido en la misma escena del crimen, terminó siendo condenado en junio de 2017, dos años después del crimen, en un debate que contó con la coordinación del juez Esteban Andrejin del TOC 2 de San Isidro, quien le fijó la pena máxima de perpetua.
Además, el magistrado resolvió que el empresario sea privado de la patria potestad de sus tres hijos mientras dure la condena y de la administración de sus bienes.
Su defensa, en el juicio había propuesto dos posibilidades que fueron desestimadas: que se lo declare inimputable o que se atenúe la pena por “emoción violenta”.