En reiteradas oportunidades se le había negado este beneficio al autor del femicidio de Cristina, pero finalmente lo obtuvo el pasado 12 de mayo y duró unas cuatro horas.
El argumento para otorgarle el permiso especial fue el presunto estado de salud de sus padres, quienes se encontrarían graves, lo que les impediría movilizarse para ir a ver a Palma al Servicio Penitenciario de Chimbas.
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Miguel Ángel Palma en el centro, condenado por el femicidio de Cristina Olivares
“Esto es una burla, está mal, no es legal, yo vi al padre de Palma el otro día trabajando”, cuestionó Antonio Olivares, el padre de la mujer asesinada, que además puso en duda que esta haya sido la única salida del asesino de su hija.
“Yo siempre estoy al tanto de todo lo que está pasando y no es la primera vez. En otros momentos lo han traído a las 2 de la mañana o 5 de la mañana, muy temprano para que no lo vean”, afirmó Olivares.
El padre de la víctima aseguró que se asesorará legalmente e iniciará acciones si corresponde. “Cada tanto tiempo se nos burlan con algo nuevo y esto no puede ser”, concluyó.
Cómo fue el asesinato de Cristina Olivares
Miguel Ángel Palma y Cristina Olivares tenían dos hijos en común, de 1 y 3 años al momento del crimen. Ella intentó separarse de él, de hecho, lo denunció por violencia de género, pero iban y volvían hasta la noche del femicidio.
Él la citó en la casa de sus padres en Pocito, pero cuando la mujer iba en camino sufrió una emboscada por parte de Palma, su amante y la cuñada de esta. Los tres la ataron y apuñalaron 163 veces para después abandonar su cadáver a la interperie.
Según la autopsia los agresores la inmovilizaron con un cinturón de un saco, la golperaron, le hicieron cortes en el rostro y en el resto de cuerpo. Según los forenses la muerte de Olivares fue dolorosa y lenta, ya que quedó en estado de agonía entre 30 y 40 minutos.
Aunque la investigación fue compleja, se pudo detener a Miguel Palma, el exmarido de Cristina, a Rosa Videla y a Noelia Corvalán, cuñada de Videla. Todos fueron a juicio y recibieron la misma condena: prisión perpetua.