De confirmarse el dato compremetería seriamente el rol de los efectivos policiales vinculados con ese vehículo. Otra vez recaería la sombra sobre la Policía Bonaerense.
En la causa parecen ser clave los tres autos secuestrados. Más allá del patrullero mencionado, donde podrían haber quedado rastros de Facundo, otros dos vehículos completan las lista: un patrullero cuyo número es 23360 y corresponde a la zona de Buratovich y un auto Corsa Classic, vehículo particular de una policía local.
El perro Yatel trabajó siempre con una “muestra olfativa” de un cuello negro del joven desaparecido. Fue parte de la ropa aportada por la propia familia a los investigadores que siempre estuvo resguardada a la espera de ese rastreo exhaustivo. La reacción del animal fue llamativa cuando llegó a la camioneta policial mencionada. Los testigos quedaron sorprendidos frente a la reacción del animal.
Desde un primer momento mostró un comportamiento alarmante. A pocos metros del patrullero comenzó a inquietarse y cuando estuvo cerca del vehículo decidió saltar ágilmente a la caja trasera y concentrar su tarea olfativa en la parte izquierda del rodado donde se detuvo en una rueda de auxilio.
Una vez allí llegaron los ladridos furiosos y los movimientos con sus patas para rasquetear sobre el lugar. Los efectivos de la Policía Federal que seguían el procedimiento con atención decidieron mover la cubierta para ver cuál era la reacción del can, pero sus movimientos nerviosos no cesaron.
Según describió más tarde el propio Herrero, "Yatel bajó de la caja y sin dudar entró a la parte posterior del vehículo. Allí empezó a gemir, se bajó, se subió en la parte delantera, donde comenzó a ladrar marcando la parte del volante, el torpedo y donde están los pedales de los frenos y alfombra”.
Incluso por momentos el perro llegó a enloquecer y romper con sus dientes el covertor que tenían los asientos. Todo el procedimiento fue registrado como un prueba para la causa.
En esa misma camioneta Toyota Hilux, los peritos policiales habían encontrado restos como pelos y manchas hemáticas que, ahora están siendo cotejadas con el ADN de Cristina Castro, la mamá de Facundo.
Yatel es un pastor alemán que se especializa en la detección olfativa y cuenta entre sus antecedentes haber participado en otros casos miteriosos. Herrero usa la palabra “marcaciones” para mencionar los mensajes que este perro adiestrado suele darle cuando trabajan en conjunto. “Acá las señales fueron muchas y muy contundentes”, señaló el perito.
Mientras tanto, el gobierno argentino respondió al reclamo de la Organización de Naciones Unidas ante una petición de "acción urgente" formulada por el Comité contra la Desaparición Forzada del organismo.
Las autoridades comunicaron que hay "una actuación coordinada de las Direcciones de Políticas contra la Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires".
Y agregaron en un documento oficial que: "siguiendo los Principios Rectores para la Búsqueda de Personas Desaparecidas del Comité, las autoridades nacionales han requerido el asesoramiento del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)".
El paradero de Facundo Astudillo Castro es un verdadero misterio. Por ahora la causa está paralizada a la espera de los resultados del hallazgo de las manchas hemáticas dentro del patrullero, el mismo lugar donde el perro Yatel posó su atención y ladró durante varios minutos.