El cuerpo del hombre fue encontrado junto a su motocicleta, lo que llevó a los investigadores a suponer inicialmente que había fallecido por un paro cardíaco mientras conducía. Sin embargo, en las horas siguientes, un testimonio inesperado cambiaría por completo la dirección del caso.
Mientras la noticia del fallecimiento de Pedro Quilodran circulaba en la comunidad, un hombre de 66 años se presentó en la comisaría y confesó haberle disparado accidentalmente. Según su relato, el trágico episodio ocurrió el domingo al mediodía, cuando manipulaba una carabina calibre 22 y el disparo alcanzó a Quilodran.
El hombre aseguró que no alertó antes a las autoridades porque en la zona no había señal de comunicación. Su testimonio desmoronó la hipótesis del paro cardíaco y sumió a la localidad en una mezcla de sorpresa e incertidumbre.
Ante la confesión, el Ministerio Público Fiscal de Sarmiento intervino de inmediato y ordenó la detención del acusado, quien fue trasladado a la comisaría bajo sospecha de homicidio culposo o doloso, a la espera de que se determine su responsabilidad en los hechos.
Además, la Policía secuestró el arma de fuego utilizada en el incidente y dispuso el traslado del cuerpo de Pedro Quilodran a la morgue para realizar la autopsia correspondiente. Los resultados forenses serán clave para confirmar si efectivamente el disparo fue la causa de la muerte o si existió algún otro factor determinante.
La repentina confesión generó un fuerte impacto en la comunidad rural de Ricardo Rojas. Muchos se preguntan cómo ocurrió realmente el hecho y si efectivamente fue un accidente o si hay elementos que sugieren otra intencionalidad.
Con la investigación en curso, se espera que las pruebas forenses y las pericias sobre el arma aporten mayor claridad a un caso que, en cuestión de horas, pasó de ser una muerte natural a un posible homicidio.