El caso comenzó el 1º de octubre con una denuncia vecinal por ruidos y gritos en el domicilio de Lourdes y su pareja, Leandro García Gómez. Los vecinos alertaron al 911, lo que motivó la intervención policial. Al llegar, los agentes encontraron a la pareja; Lourdes negó inicialmente estar en peligro, un comportamiento frecuente en víctimas de violencia. Siguiendo el protocolo, la Unidad Fiscal de Flagrancia Norte ordenó que García Gómez se retirara del domicilio y quedó demorado según el fiscal.











