El derrumbe en una obra en construcción de una nueva terminal en el aeropuerto internacional de Ezeiza había transcurrido pocos minutos atrás. José Humberto Bulacio, el capataz de una empresa contratista, había muerto. Otros 13 operarios habían resultado heridos. En una recorrida por la zona de los hechos, el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena encontró una testigo que tenía una prueba clave: había captado con la cámara de su teléfono celular el estado del andamio donde estaba subida la víctima antes de la trágica caída.