UN CASO QUE CONMUEVE

Desesperada búsqueda de Pedro Kreder y Juana Morales: "Encontraron..."

La búsqueda de Pedro Kreder y Juana Morales, la pareja de jubilados desaparecida en la provincia de Chubut, sumó en las últimas horas un hallazgo clave que podría cambiar el rumbo de la investigación. A 13 kilómetros de donde fue encontrada la camioneta en la que se movilizaban, los investigadores detectaron nuevas huellas humanas que coincidirían con el talle de calzado de Juana Morales, lo que abre la posibilidad de que ambos hayan abandonado el vehículo por sus propios medios y con vida.

Desesperada búsqueda de Pedro Kreder y Juana Morales: Encontraron...

La búsqueda de Pedro Kreder y Juana Morales, la pareja de jubilados desaparecida en la provincia de Chubut, sumó en las últimas horas un hallazgo clave que podría cambiar el rumbo de la investigación. A 13 kilómetros de donde fue encontrada la camioneta en la que se movilizaban, los investigadores detectaron nuevas huellas humanas que coincidirían con el talle de calzado de Juana Morales, lo que abre la posibilidad de que ambos hayan abandonado el vehículo por sus propios medios y con vida.

El dato fue confirmado por el cronista de TN, Alan Ferraro, quien desde el lugar del operativo relató que las huellas fueron halladas en un punto del cañadón, al costado de un curso de agua donde el vehículo había quedado encajado. Según precisó, se trata de impresiones de dos personas, un hombre y una mujer, que aparentemente caminaron en dirección a la ruta nacional 3, en busca de ayuda o de una zona más segura.

Ferraro explicó que las huellas presentan diferencias de tamaño y forma, lo que permitió inferir que corresponden a dos individuos adultos, uno con un pie más grande y otro más pequeño. “Encontraron algunas huellas. Ya lo podemos confirmar porque hasta acá era una versión, pero efectivamente los investigadores hallaron al costado de la camioneta que había sido encajada en ese río o curso de agua dentro del cañadón, dos huellas”, señaló el periodista en una transmisión en vivo.

Poco después, añadió: “Hablamos de impresiones de los pies de dos personas, de un hombre y una mujer. En una claramente pudieron identificar el talle: talle 36. Juana calza exactamente ese número, lo que refuerza la hipótesis de que podría tratarse de ella”.

El descubrimiento generó una nueva línea de investigación que apunta a la posibilidad de que Kreder y Morales hayan decidido abandonar la camioneta por sus propios medios, probablemente en medio de la tormenta que se desató aquella noche en la zona de Rocas Coloradas, cerca de Camarones.

El equipo de búsqueda, compuesto por personal policial, rescatistas, perros adiestrados y drones térmicos, trabajó durante toda la jornada en el cañadón, siguiendo el rastro que dejaron las huellas. Ferraro detalló que los canes marcaron el mismo punto en dos oportunidades, confirmando la coincidencia con el tamaño del pie de Morales.

Juana calza talle 36 y, con los perros, estuvieron trabajando en un área muy extensa dentro del cañadón, en sentido desde la ruta 1 hacia la ruta número 3, y los perros marcaron otra huella”, explicó el periodista. “Es la misma huella, el mismo talle. Lo que da que pensar a los investigadores de que, si estos dos adultos mayores estaban dentro de la camioneta y decidieron buscar ayuda o caminar hacia un lugar seguro, podrían haber circulado en dirección a la ruta 3 desde el cañadón”, agregó.

Esa información fue considerada de altísimo valor para los equipos de rescate, que ahora centran sus esfuerzos en la zona donde los rastros parecen desvanecerse, posiblemente debido a la lluvia y el viento que azotaron el lugar los días posteriores a la desaparición.

Pedro Kreder, de 79 años, es oriundo de Comodoro Rivadavia y un conocido baqueano de la zona. Los investigadores creen que, frente al temporal anunciado esa noche, el hombre pudo haber tomado la decisión de abandonar la camioneta junto a Juana Morales, de 69 años, para evitar quedar atrapados por la creciente del río o el barro.

Recordemos que Pedro es un hombre que conoce la zona, un baqueano como se dice. Podría haber decidido no ir hacia el mar, donde estamos ahora parados, pasando las rocas rojas, y de esta manera evitar el impacto del temporal”, explicó Ferraro desde el lugar.

El periodista también recordó que el sábado de la desaparición regía un alerta meteorológico, lo que refuerza la hipótesis de que la pareja decidió bajarse del vehículo al percibir el peligro. “Tal vez, teniendo esa información, decidieron bajarse de la camioneta y caminar hasta encontrar un refugio o una salida”, señaló.

Sin embargo, la geografía de la zona es extremadamente hostil: cañadones profundos, caminos de ripio, ausencia de señal y temperaturas que pueden descender bruscamente durante la noche. Por eso, los especialistas advierten que, aunque hayan logrado desplazarse algunos kilómetros, la supervivencia en esas condiciones resulta muy difícil sin abrigo ni provisiones suficientes.

El caso de Kreder y Morales conmociona a toda la provincia. La pareja fue vista por última vez cuando emprendía un viaje hacia Camarones en una camioneta Toyota Hilux, con la intención de pasar unos días tranquilos junto al mar. Pero nunca llegaron a destino. Días después, la camioneta fue hallada atascada y abandonada en medio de un cañadón, con varios objetos personales en su interior, aunque sin señales de violencia ni de robo.

Dentro del vehículo, los rescatistas encontraron ropa, alimentos y documentación, pero no los teléfonos celulares, un detalle que desde el inicio generó confusión. Los investigadores sospechan que podrían haberlos llevado consigo o que se hayan extraviado durante la caminata.

Desde entonces, los operativos se multiplicaron. Helicópteros, drones, motos y patrullas recorren diariamente decenas de kilómetros de terreno árido, donde la visibilidad es escasa y las distancias engañosas. Vecinos, baqueanos y voluntarios también se sumaron a las tareas, movidos por la solidaridad con las familias de los desaparecidos.

A pesar de los días transcurridos, la esperanza sigue intacta. El hallazgo de las huellas renovó el optimismo entre los rescatistas, que creen que podrían haber sobrevivido varios días en la intemperie, gracias a la experiencia de Kreder y la posible presencia de agua en la zona.

“Es un caso muy complejo. Todo el equipo está dejando el alma en la búsqueda”, reconoció un jefe policial. “Cada hallazgo, por mínimo que parezca, es una señal que puede guiarnos. Las huellas son una pista fuerte y no la vamos a dejar pasar”.

Por ahora, la hipótesis de un accidente o de una desorientación sigue siendo la más firme, aunque los investigadores no descartan ninguna posibilidad. El hecho de que la camioneta haya quedado atascada en un curso de agua y que ambos pudieran haber intentado salir a pie sugiere una secuencia desesperada, pero no necesariamente fatal.

Las familias, mientras tanto, mantienen la fe. Los hijos de Pedro y los parientes de Juana siguen de cerca cada avance y agradecen el trabajo de los equipos de rescate. “Queremos que no se detenga la búsqueda. Sabemos que Pedro conocía esos caminos y que Juana confiaba en él. No perdemos la esperanza de encontrarlos”, expresó una de las hijas del hombre.

En tanto, los rescatistas continúan ampliando el perímetro de rastreo y utilizando drones con cámaras térmicas para detectar cualquier signo de movimiento o calor corporal en la zona. También se evalúa la posibilidad de realizar búsquedas subacuáticas en lagunas cercanas, aunque hasta ahora no hay indicios que apunten a esa dirección.

El tiempo juega en contra, pero la aparición de nuevas huellas devuelve una cuota de esperanza en un caso que mantiene en vilo a toda la Patagonia. Cada dato nuevo, cada marca sobre la arena o sobre el barro, se convierte en una señal de vida que alimenta la posibilidad de un final menos trágico.

La investigación, coordinada por la Policía del Chubut y la Justicia provincial, continuará durante los próximos días con intensificación de los rastrillajes y el análisis de las muestras levantadas en el terreno. Los investigadores esperan poder confirmar mediante peritajes si las huellas pertenecen efectivamente a Juana Morales, lo que permitiría establecer con mayor precisión el recorrido que pudo haber hecho la pareja tras abandonar la camioneta.

Mientras tanto, el silencio del cañadón se mezcla con la esperanza. Allí, donde el viento arrastra la arena y borra los rastros, los equipos siguen buscando una respuesta que devuelva algo de alivio a las familias. Porque en ese paisaje inhóspito, cada huella que aparece podría ser la clave para resolver el misterio de Pedro y Juana, dos jubilados que salieron a disfrutar de un viaje y quedaron atrapados en uno de los enigmas más conmovedores de los últimos años en Chubut.