Sin rastros

"¿Dónde está Andrea López?": a 20 años del femicidio que marcó a La Pampa y aún espera respuestas

El 10 de febrero de 2004, a sus 24 años, Andrea fue asesinada a golpes por Purreta, delante de Emanuel, el hijo de apenas cuatro años que tenían en común, pero sus restos nunca aparecieron. A 20 años del hecho, siguen los interrogantes.

La madre y el hijo de Andrea López la siguen buscando. (Foto: Télam)

La madre y el hijo de Andrea López la siguen buscando. (Foto: Télam)

Hace 20 años, Andrea López fue asesinada y desaparecida por su pareja, el exboxeador profesional, Víctor Purreta, quien no reveló el paradero de los restos de la víctima. Desde entonces, la madre e hijo de Andrea, la buscan con la pregunta que se hace toda La Pampa: “¿Dónde está?”.

El 10 de febrero de 2004, a sus 24 años, Andrea fue asesinada a golpes por Purreta, delante de Emanuel, el hijo de apenas cuatro años que tenían en común. A partir de entonces, su cuerpo está desaparecido.

El testimonio del niño fue fundamental para que el asesino recibiera en 2014 una condena por homicidio a 18 años de prisión, que escaló a 25 al unificarse con causas por obligar a Andrea y a otras mujeres a ejercer la prostitución.

Fue la primera vez en la jurisprudencia argentina que se condenó un homicidio sin encontrar el cuerpo de la víctima, salvo los casos de lesa humanidad.

Es muy fuerte porque uno pierde a su mamá y a su papá al mismo tiempo, es un gran vacío”, dijo Emanuel, ahora con 24 años, a la agencia Télam, en la casa que comparte con su abuela materna, Julia Ferreyra, en el barrio santarroseño Plan 5000.

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La familia sigue buscando los restos en La Pampa. (Foto: Télam)

La familia sigue buscando los restos en La Pampa. (Foto: Télam)

Según se comprobó judicialmente, el femicidio de Andrea fue la última escalada de un proceso de golpes, subalimentación, maltrato psicológico y sometimiento a la explotación sexual, una profunda trama de violencia que con los años se logró desentrañar.

Yo le decía “flaca, te va a matar” pero era tal su temor y que él la extorsionaba con no ver más a su hijo, que terminaba volviendo. En Andrea se vio cómo estos tipos aíslan a las mujeres, las amenazan y las golpean”, lamentó Julia.

A diferencia de veces anteriores, el condenado por el crimen no presentó ninguna denuncia tras la madrugada del 10 de febrero de 2004.

Purreta era un boxeador “en ascenso”

En contraposición, Purreta era un boxeador “en ascenso”, por entonces consagrado campeón nacional, amparado por “poderosos contactos” y la connivencia de “la policía y las autoridades, que defendían al campeón”, apuntó Julia.

Dos décadas después, la familia de Andrea sigue denunciando los “privilegios" de Purreta en la Unidad Penal 4 de Santa Rosa, donde cumple su condena, al asegurar que todavía "maneja sus negocios de trata y drogas”, que incluso ofreció a su propio hijo, según contó Emanuel.

En la sentencia, la Cámara en lo Criminal 1 consideró que en Purreta “cada puño era un arma y con esas armas destruyó la vida de Andrea López”.

La búsqueda de sus restos aún recibe esfuerzos del gobierno provincial, que hoy ofrece una recompensa de 1.500.000 pesos para quien aporte datos concretos que permitan localizarlos.

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