Tras la recuperación del Buick, el caso pasó al condado de Benton, jurisdicción donde se radicó originalmente la denuncia. Allí, el sheriff Troy Heck confirmó a CNN que los familiares de Benn ya fueron notificados. “Estamos agradecidos porque probablemente, al fin, hemos conseguido el avance que necesitábamos para dar cierre a esta familia”, dijo Heck a The Guardian, al recordar que tiempo atrás se habían solicitado muestras de ADN a los parientes.
La desaparición de Benn estuvo marcada por la incertidumbre desde el principio. Había enviudado un año antes de su desaparición, y su hermano Walter acompañó la investigación policial durante los primeros meses. Sin embargo, la falta de resultados lo llevó a organizar en 1968 una subasta con las pertenencias de Roy. Siete años más tarde, en 1975, la justicia lo declaró legalmente muerto.
El Buick, que permaneció bajo el agua durante casi seis décadas, estaba cubierto de sedimentos y presentaba un notable deterioro. No obstante, seguía intacto, lo que permitió cotejar la información clave del vehículo y hallar pertenencias que reforzaron las sospechas de los investigadores.
En declaraciones a la cadena local WCCO, Loch sostuvo que el descubrimiento fue totalmente accidental: “Fue 100% suerte”, aseguró. También expresó su deseo de que, con este hallazgo, la familia de Benn pueda finalmente cerrar una herida abierta desde hace más de medio siglo.