Eran cerca de las 4:30 de la madrugada cuando el colectivo fue impactado de frente por un Ford Focus que circulaba en sentido contrario. El choque fue tan violento que el micro rompió el guardarraíl y cayó al arroyo Yazá, quedando parcialmente sumergido.
El conductor del Focus, Rafael Ortiz, de 34 años, murió en el acto. Más tarde, las pericias revelarían que iba alcoholizado y a alta velocidad, tal como se desprendía de un audio que él mismo envió minutos antes del siniestro: “Estoy volviendo a 180, 190... recién mordí la banquina, casi me pegué un palo”.
“Me prendí de una rama y me arrastré hacia la orilla”
Micro accidente fatal en Misiones
Juan José Cuevas iba sentado en la parte inferior del micro junto a su amigo Jonás. Tras el impacto, perdió el conocimiento por unos segundos. Cuando despertó, el agua ya había comenzado a ingresar y el aire era cada vez más escaso.
“Se acuerda que estaba aplastado por una parte del colectivo. No sabe cómo hizo un estirón para poder salir de lo que le apretaba y salió del agua”, relató Sergio, su tío, en diálogo con Radioactiva 100.7.
En su testimonio, el joven aseguró que logró arrastrarse hasta la orilla casi sin fuerzas: “Me prendí por una rama y me arrastré hacia la orilla. Me dolía todo”.
Sergio explicó que su sobrino tenía fracturas en el tobillo, el peroné y el lumbosacro, además de un golpe en el pulmón derecho. “Se arrastró por las ganas de vivir”, dijo emocionado. “Por el dolor que sentía, se le adormeció todo el cuerpo. Cuando llegó a la orilla, pidió socorro, vio unas luces y se desvaneció”.
Un milagro entre el barro y la oscuridad
El rescate fue dramático. Los primeros en llegar fueron bomberos voluntarios y vecinos de Campo Viera, que acudieron con linternas y cuerdas en medio de la niebla. Algunos pasajeros gritaban desde el techo del micro, mientras otros intentaban salir por las ventanillas.
Juan José fue encontrado semiinconsciente a pocos metros del agua. “Tenía el cuerpo cubierto de barro, apenas podía hablar. Dijo que su amigo seguía adentro y que no lo había podido sacar. Fue una de las primeras cosas que nos contó”, detalló su tío.
El joven fue trasladado primero al Hospital Samic de Oberá y luego al Madariaga, donde los médicos lograron estabilizarlo: “Gracias a Dios está bien, se acuerda de todo. Está lastimado, pero está firme en la cama”.
“Eran inseparables”: la amistad con una de las víctimas de la tragedia
Juan José y Jonás, ambos de Eldorado, eran amigos inseparables. Estudiaban en la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y habían viajado juntos a Oberá para reinscribirse.
“Eran muy pegados, vivían todo el tiempo juntos. Volvían a Eldorado porque iban a ser fiscales de mesa, por eso salieron temprano y agarraron ese colectivo”, explicó Sergio.
La noticia de la muerte de Jonás golpeó con fuerza en la familia. “Nos consternó a todos. Uno pide que los chicos estén bien, pero no todos tuvieron la misma oportunidad”, lamentó el tío.
La lucha por recuperarse
El parte médico confirmó que Juan José sufrió fracturas múltiples y un golpe interno que le provocó un sangrado abdominal, aunque fue controlado a tiempo. Los médicos le colocaron un corset metálico para estabilizar su columna y evitar nuevas lesiones.
“Gracias a Dios se consiguió ese corset. Mucha gente nos ayudó, donó dinero, se acercó sin conocernos. La solidaridad fue enorme”, destacó Sergio.
El joven, a pesar de las lesiones, respira por sus propios medios. “Tiene escoriaciones, rasguños y una rotura de tobillo y peroné, pero está estable”, confirmaron los médicos.
La tragedia que paralizó a Misiones
El accidente del domingo 26 de octubre dejó un saldo de nueve muertos y 29 heridos. Entre las víctimas, siete eran estudiantes universitarios.
La Universidad Nacional de Misiones suspendió las clases y declaró tres días de duelo. “Nos toca despedir a compañeros y compañeras que formaban parte de nuestra casa de estudios. El dolor es inmenso”, expresó el Centro de Estudiantes en un comunicado.
El Gobierno provincial, en tanto, decretó duelo oficial y acompañamiento a las familias. “Toda Misiones está de luto. Acompañamos en el dolor a los familiares de las víctimas.”, expresó el gobernador Hugo Passalacqua.
Las pericias: alcohol y exceso de velocidad
Los investigadores confirmaron que el conductor del Ford Focus, Rafael Ortiz, manejaba alcoholizado y a alta velocidad.
El audio que envió antes del choque fue incorporado como prueba clave. También se analizaron los datos del velocímetro y las cámaras de seguridad.
El expediente judicial quedó caratulado como “homicidio culposo agravado y lesiones graves”, aunque no se descarta una figura más severa dado el número de víctimas.
El micro, de doble piso, había partido con demoras por la niebla. Según testigos, el asfalto estaba húmedo y la visibilidad reducida a pocos metros.
El relato de una provincia unida
Mientras Juan José continúa su recuperación, cientos de personas se movilizaron para donar sangre, ofrecer hospedaje a los familiares de las víctimas y colaborar con alimentos y transporte.
“A veces es muy importante un abrazo, aunque uno no conozca a la persona. Se sabe con qué intención viene”, reflexionó el tío del joven.
En las redes sociales, los mensajes de apoyo se multiplicaron: “Fuerza Juanjo, sos un milagro.”, “El dolor es inmenso, pero nos unimos para acompañar.”, “Que Dios les dé consuelo y fortaleza”.
La esperanza después del horror
El caso de Juan José Cuevas se convirtió en un símbolo de supervivencia. “Se arrastró con lo último que le quedaba de fuerza. Me dijo que solo pensaba en salir del agua. Que no quería morir ahí”, contó su tío conmovido.
Mientras Misiones intenta recomponerse del impacto, los sobrevivientes siguen su lenta recuperación. Cada testimonio aporta una nueva dimensión al drama humano detrás de las cifras: jóvenes con sueños, familias destrozadas, y un relato común de fe, solidaridad y dolor.
“Juanjo volvió a nacer. Ahora solo pensamos en que se recupere y pueda volver a caminar. Pero él ya ganó su batalla: la de querer vivir”.