Mientras la empleada del negocio observaba su celular aprovechando que no había clientes, primero ingresó un hombre. Apenas terminó de responder el “hola” del extraño, otros dos sospechosos entraron al lugar. Uno de ellos, fue directo a intentar abrir la puerta que da hacia el interior de la casa de apuestas, donde se encuentran las cajas.
Tanto el otro de los que ingresaron en un segundo turno como el primero de los delincuentes, sacaron armas de fuego que colocaron en el pequeño espacio que hay para pasar billetes en las ventanillas de atención, que son blindadas. Solo se distingue un grito que se repite: “¡Abrí la puerta!”.
Tan pronto como vio las armas, la empleada se arrojó debajo del mostrador y apretó un botón, el de la alarma del local, y se acuesta en el suelo, donde no puede ser alcanzada por posibles proyectiles, con los brazos cruzados sobre el pecho.
Los delincuentes escaparon al escuchar la alarma
Al activarse el estruendoso sonido de la alarma, los delincuentes salieron corriendo del local, ubicado en Gorriti y Oribe, sin haber podido llevarse nada.
Si bien la zona cuentan con un sistema de alarmas municipales, del que son parte 420 vecinos, este negocio no está dentro del mismo. Como tampoco se presentó a hacer la denuncia el dueño del local, la policía nunca fue notificada del hecho.