IMPACTANTE

La mamá de Lara rompió el silencio y contó si su hija estaba o no mutilada

En medio de la conmoción por el triple crimen de Florencio Varela, que dejó como víctimas a Brenda Del Castillo, Morena Verri y la adolescente de 15 años, Lara Gutiérrez, la voz de los familiares sigue marcando el rumbo del debate público. Esta vez, fue Estela, la madre de Lara, quien salió a enfrentar los rumores, los trascendidos mediáticos y los informes de autopsia difundidos en las últimas horas, que ella considera falsos, dañinos y carentes de respeto hacia las víctimas.

La mamá de Lara rompió el silencio y contó si su hija estaba o no mutilada

En medio de la conmoción por el triple crimen de Florencio Varela, que dejó como víctimas a Brenda Del Castillo, Morena Verri y la adolescente de 15 años, Lara Gutiérrez, la voz de los familiares sigue marcando el rumbo del debate público. Esta vez, fue Estela, la madre de Lara, quien salió a enfrentar los rumores, los trascendidos mediáticos y los informes de autopsia difundidos en las últimas horas, que ella considera falsos, dañinos y carentes de respeto hacia las víctimas.

Mi hija estaba entera”, afirmó con contundencia en una entrevista televisiva, donde también pidió que se deje de instalar la idea de que las chicas son responsables de lo ocurrido.

Visiblemente afectada, Estela alzó la voz no solo en nombre de su hija, sino también en defensa de las otras dos víctimas. “Dejen de estar culpando a las chicas”, reclamó, en referencia a los relatos y especulaciones que circulan sobre las adolescentes asesinadas.

La mujer señaló que muchos de los comentarios que se repiten en medios de comunicación y redes sociales parecen apuntar a una especie de responsabilización indirecta de las jóvenes, desviando la atención del verdadero eje de la investigación: los autores materiales e intelectuales del crimen.

Acá fueron tres crímenes y tienen que ir por el objetivo de las personas que le hicieron esto a las chicas. Ya basta de estar hablando de las chicas. Empiecen a enfocarse en el objetivo de agarrar a las personas que fueron las culpables”, expresó durante una movilización realizada en La Tablada, donde familiares, amigos y vecinos reclamaron justicia.

Uno de los puntos más fuertes de la declaración de Estela fue su desmentida pública de los informes forenses que trascendieron en los últimos días. Allí, algunos detalles hablaban de posibles mutilaciones en los cuerpos, versiones que impactaron en la opinión pública y que, según ella, son completamente falsas.

No, es mentira, totalmente mentira. Mi hija estaba toda entera, no le faltaba nada”, aseguró, con un tono firme que contrastó con su dolor evidente.

De esta manera, buscó despejar las dudas que se generaron en torno a las pericias oficiales, poniendo en cuestión no solo la información difundida, sino también la forma en que esta llega a la sociedad, muchas veces sin filtro ni cuidado hacia los familiares de las víctimas.

Lo que están hablando y diciendo es una barbaridad de mentiras”, agregó, dejando en claro su malestar con la exposición pública de datos que considera falsos y malintencionados.

El caso de las tres adolescentes asesinadas en Florencio Varela no solo generó un fuerte reclamo social, sino también un clima de rumores y versiones cruzadas que suman confusión al proceso judicial.

Mientras algunos familiares de Morena Verri aseguraron que no pudieron reconocer el cuerpo de la joven, Estela marcó una diferencia con su experiencia personal:

Eso depende de cada uno, cómo se manejó con su chica. Yo sí tuve y vi la autopsia de mi hija y la pude ver a mi hija”, explicó.

La declaración deja entrever que, además del impacto del crimen en sí mismo, las familias de las víctimas atraviesan procesos de duelo muy distintos, condicionados por cómo accedieron a la información oficial y por la forma en que se enfrentaron a la dura realidad de identificar los cuerpos de sus hijas.

Más allá de la polémica sobre las autopsias y los trascendidos mediáticos, Estela también quiso rescatar la memoria de su hija. Lara Gutiérrez tenía apenas 15 años y, según su madre, estaba llena de proyectos e ilusiones que quedaron truncos por la violencia.

Era una niña hermosa con muchos sueños”, recordó con la voz quebrada, en una frase que resume el desgarro de una madre que no solo perdió a su hija, sino que además debe convivir con la exposición pública de rumores y datos que siente como una nueva forma de agresión.

Su testimonio se suma al de otros familiares que, en las últimas semanas, remarcaron la necesidad de que el caso se investigue a fondo y que la Justicia logre identificar a todos los responsables, tanto autores materiales como posibles encubridores o cómplices.

El triple femicidio de Florencio Varela se transformó en uno de los hechos más conmocionantes del año en la provincia de Buenos Aires. La crudeza del crimen, la juventud de las víctimas y las sospechas sobre vínculos con bandas narco llevaron a que el caso ocupara la agenda mediática y política.

Las movilizaciones que se multiplicaron en distintos barrios del conurbano muestran que la sociedad exige respuestas claras y justicia efectiva. Sin embargo, la aparición constante de rumores, trascendidos y versiones no confirmadas genera un clima de desconfianza hacia la información oficial y, en muchos casos, un dolor adicional para las familias.

En ese contexto, la voz de Estela cobra un peso especial: no solo porque busca limpiar la memoria de su hija, sino también porque apunta a redirigir la atención hacia los verdaderos responsables del crimen.

La insistencia de Estela en que los medios y la opinión pública dejen de lado las especulaciones sobre las víctimas y se concentren en la búsqueda de los culpables refleja un reclamo que también se escucha en otras familias afectadas por crímenes violentos.

Para ella, las adolescentes no deben ser cuestionadas ni estigmatizadas. “Basta de estar hablando de las chicas”, repitió varias veces, como si necesitara reafirmar que el foco de la discusión no puede desviarse.

El mensaje, cargado de dolor, se convierte también en una advertencia: la sociedad no debe normalizar la culpabilización de las víctimas, un fenómeno frecuente en casos de violencia de género y femicidios.

Mientras la investigación judicial avanza con múltiples hipótesis, el testimonio de Estela deja en claro que las familias no están dispuestas a aceptar verdades a medias ni informaciones que consideren erróneas.

La exigencia es doble: por un lado, esclarecer el crimen y dar con los responsables; por otro, respetar la memoria de las jóvenes asesinadas, evitando difundir rumores que generan dolor innecesario.

El camino hacia la verdad en el caso de Florencio Varela se presenta complejo, pero la presión social y la voz de las madres y padres de las víctimas siguen marcando el pulso de una investigación que no puede permitirse fallar.

Se habló de