Sin embargo, al llegar a destino, la joven se mostró alterada y contó a su profesora lo que había sucedido durante el recorrido: el conductor le había tocado las piernas y la cola.
"No me pagués, con saborearte las piernas es suficiente"
El relato de la víctima fue estremecedor. Al momento de abonar el viaje, el conductor le respondió que no aceptaría el pago. En cambio, lanzó una frase que quedó registrada en la denuncia: “No me pagués, con saborearte las piernas es suficiente”.
La adolescente, en estado de shock, buscó refugio en su profesora, quien dio aviso inmediato a la familia. Fue la madre de la menor quien, tras escuchar el testimonio, se dirigió a la Comisaría de la Mujer para radicar la denuncia.
La reacción de la familia
La progenitora relató que su hija pudo identificar al agresor dentro de la aplicación, lo que permitió elevar un reclamo formal ante la empresa prestadora del servicio. “Mi hija estaba aterrorizada. No sabía si llorar o quedarse callada. Lo que vivió fue una pesadilla en cuestión de minutos”, confió.
La denuncia fue radicada ese mismo día y se pidió que se tomen medidas urgentes contra el conductor, tanto desde el ámbito judicial como desde la propia aplicación, que todavía no emitió un comunicado oficial sobre el caso.
La investigación judicial
El hecho recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°7, que inició actuaciones bajo la carátula de abuso sexual. Desde la fiscalía se dispuso reunir pruebas clave, entre ellas, la grabación de la cámara de seguridad de la vivienda en la que se observa la llegada del motociclista; y la identificación del conductor dentro de la aplicación.
También investiga:
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El testimonio de la menor, tomado con acompañamiento de profesionales especializados.
El aporte de la profesora, que fue la primera persona en recibir el relato de la víctima.
Por el momento, el agresor no fue detenido, aunque las autoridades señalaron que se analiza su situación procesal.
Una pesadilla que deja huellas
Más allá de la denuncia judicial, el impacto psicológico en la adolescente es evidente. Según la madre, la menor todavía no pudo volver a sus clases con normalidad y se encuentra bajo seguimiento de especialistas.
“Mi hija no quiere volver a subirse a una moto ni tomar un viaje en aplicación. Tiene miedo constante de que alguien más le haga lo mismo”, contó la mujer.
El acompañamiento terapéutico será clave para que la víctima pueda procesar lo sucedido y recuperar su confianza en los espacios de cotidianeidad que, hasta el momento, formaban parte de su rutina.
La familia de la menor, junto a su entorno, exige que la investigación avance con celeridad y que el conductor sea sancionado penalmente. “Queremos que no le pase a ninguna otra chica. Hoy fue mi hija, pero mañana puede ser cualquier otra”, sostuvo la madre.