En el interior del coche viajaban cinco jóvenes adultos: tres varones y dos mujeres. Todos regresaban de una salida nocturna cuando ocurrió el siniestro.
La acompañante, la más afectada
La persona que se llevó la peor parte fue una joven de 24 años, que viajaba en el asiento del acompañante. Producto del impacto, sufrió heridas cortantes y politraumatismos múltiples, por lo que fue asistida de urgencia en el lugar y luego trasladada al Hospital Penna.
En el piso, alrededor del vehículo, quedaron visibles manchas de sangre, que corresponden a las lesiones que sufrió la joven al intentar protegerse del golpe. Según indicaron testigos, habría levantado instintivamente la mano al momento del impacto, lo que le provocó cortes profundos.
Otra de las jóvenes que viajaba en el auto también resultó herida, aunque con lesiones de menor gravedad. Ambos casos fueron atendidos por el SAME, mientras el resto de los ocupantes permanecía en estado de shock.
Un auto robado dentro de la familia
Con el correr de los minutos, comenzaron a llegar al lugar familiares del conductor, lo que generó confusión y tensión. En un primer momento, se pensó que se trataba de vecinos o allegados que cuestionaban el accionar policial. Sin embargo, la escena escondía un conflicto mucho más íntimo.
El conductor del vehículo, un joven de 20 años, había tomado el auto sin autorización de su tío, propietario del rodado. Según se supo, se trataba de un auto de trabajo, que el hombre utilizaba a diario para ganarse la vida.
“El auto estaba nuevo, lo usaba para trabajar”, se escuchó gritar al tío del joven, visiblemente alterado por la situación. La bronca era evidente: el vehículo había quedado completamente destruido y, además, el sobrino enfrentaba ahora una causa penal.
Exceso de velocidad y posible alcohol
De acuerdo con fuentes policiales, el conductor presentaba un estado de conciencia alterado al momento de ser reducido. Si bien en el lugar no se le realizó el test de alcoholemia, se informó que la prueba será llevada a cabo en la comisaría, ya que el joven fue demorado y trasladado bajo custodia.
El propio conductor habría intentado justificar el siniestro con una explicación insólita: aseguró que perdió el control del auto porque se le cruzó un gato negro, al que intentó esquivar. Sin embargo, los investigadores consideran que la velocidad a la que circulaba fue determinante.
Las condiciones del vehículo tras el impacto refuerzan esa hipótesis: el frente destruido, el techo hundido y la violencia del golpe no dejan margen para pensar en una maniobra menor.
Intervención policial y causa judicial
En el lugar trabajó personal de la Policía de la Ciudad, que realizó las primeras pericias para reconstruir la mecánica del choque. El tránsito sobre la avenida Amancio Alcorta no fue interrumpido por completo, aunque se registraron demoras durante varios minutos.
El conductor quedó formalmente demorado, no solo por el siniestro vial, sino también por la denuncia de robo del vehículo, que podría agravar su situación judicial. En caso de confirmarse el exceso de velocidad y la presencia de alcohol, la aseguradora podría negarse a cubrir los daños, lo que dejaría al propietario del auto en una situación económica compleja.