La mochila que cargaba en su espalda la hija del hombre asaltado sirvió de escudo y evitó que uno de esos disparos impactara directamente en el cuerpo de la menor. Otra pegó en un árbol de la vereda y el resto fueron balas perdidas que de milagro no hirieron a nadie.
"No sabíamos para dónde correr", contó a América TV un papá que fue testigo del incidente. Entonces, aunque la víctima no ofreció resistencia, cubrieron la fuga a los tiros.
De acuerdo al relato que hizo la mujer, en la puerta de la escuela había chicos de 3 años esperando para entrar. "Empecé a tocar timbre desesperada", manifestó, y agregó: "Me temblaba el cuerpo de los nervios". Más tarde, los vecinos del barrio protestaron frente a la Subcomisaría de Aldo Bonzi para exigir mayor seguridad.