“A la fecha no es posible determinar el móvil del homicidio. Con ese propósito he ofrecido distintas medidas probatorias, cuya naturaleza y contenido no puedo referir en este momento para no alterar su resultado”, expresó Tomás Farini Duggan.
“Sin embargo, confío que a través de esa prueba se logrará identificar a él o los autores materiales de la muerte del señor Wolfenson Band”, señaló de acuerdo a la agencia Télam.
Qué se sabe del crimen en el country de Pilar
Un manto de misterio y dudas se cernió el pasado jueves en las tranquilas calles del country La Delfina, de Pilar. Lo que comenzó como un día común para Wolfenson pronto se convirtió en una escena digna de una novela policial, con tintes que recuerdan al asesinato de María Marta García Belsunce.
En una típica rutina casera, la empleada doméstica de Wolfenson dejó la residencia después de recibir instrucciones de su jefe para preparar el cuarto de invitados, ya que una persona se iba a instalar en la casa.
El día siguiente, el profesor de piano de Wolfenson llegó a las 17 para tener una clase con el jubilado. Sin embargo, se encontró con la puerta del inmueble cerrada y la falta de respuesta a sus llamadas. Ante esto, decidió alertar a los guardias del country.
Inseguridad en un country de Pilar: encuentran asesinado a un jubilado en su casa
Inseguridad en un country de Pilar: encuentran asesinado a un jubilado en su casa (Foto: archivo).
Con un mal presentimiento, juntos, decidieron ingresar por la puerta de servicio de la residencia. Una vez dentro, se toparon con el horror: el cuerpo inerte de Roberto Wolfenson yacía en el suelo de la habitación de invitados.
Al igual que en el caso de María Marta García Belsunce, el primer médico que arribó al lugar atribuyó la muerte a causas naturales, específicamente a una insuficiencia cardíaca.
Sin embargo, días después, la autopsia pedida por el fiscal de la causa reveló la verdadera naturaleza de la tragedia: Wolfenson presentaba signos de estrangulamiento con una tanza, además de lesiones defensivas en las manos y una herida en la nuca. Los objetos de valor permanecían intactos, descartando cualquier motivación económica para el crimen.