Este testimonio desató una intensa movilización policial, que se extendió a los estados vecinos, incluyendo Pernambuco. Las autoridades actuaron con rapidez y localizaron un vehículo con características similares en la localidad de Vitória de Santo Antão. El conductor fue detenido, pero logró probar su inocencia, lo que derivó en su liberación inmediata.
Sin embargo, lo que parecía un caso claro de secuestro dio un giro drástico con el avance de la investigación. Los testimonios de testigos y las grabaciones de cámaras de seguridad comenzaron a poner en duda la versión de la madre. En cuestión de días, Eduarda Silva de Oliveira ofreció hasta cuatro versiones contradictorias de los hechos.
Cuatro versiones y ninguna certeza
Los investigadores observaron con creciente preocupación cómo la historia narrada por la madre se volvía cada vez más inconsistente. La ausencia de pruebas, la falta de señales del supuesto vehículo, y la inexistencia de registros visuales que respaldaran su relato levantaron serias sospechas.
El detective Igor Diego, a cargo del caso, señaló al medio brasileño g1: “Según la nueva versión, ese auto no habría existido, ni esas personas que ella había mencionado. Los hechos tuvieron una dinámica completamente distinta”.
La situación se tornó aún más inquietante cuando la madre introdujo una nueva versión: esta vez, afirmó que dos hombres habrían entrado a su casa, la habrían agredido sexualmente y se habrían llevado a la beba. Las autoridades, sin embargo, volvieron a refutar esta declaración. El jefe de policía João Marcello fue enfático: “Ningún vecino escuchó nada. No hubo gritos. Las cámaras de seguridad no muestran nada parecido”.
La comunidad en shock y un padre devastado
Mientras tanto, la comunidad de Novo Lino vive momentos de angustia. Nadie puede entender qué sucedió realmente con Ana Beatriz. La contradicción en las versiones y la falta de evidencias han sumido al pueblo en una mezcla de tristeza y desconcierto.
En medio de este drama, Jaelson da Silva Souza, padre de la recién nacida y del niño de cinco años, intenta lidiar con el dolor desde la distancia. Por motivos laborales, se encontraba en São Paulo cuando ocurrió el incidente, y no había podido presenciar el nacimiento de su hija. “Tengo un gran pesar, no le deseo a nadie lo que estoy pasando. Es difícil”, expresó conmovido.
El giro más sombrío: una nueva línea de investigación
Ante las contradicciones reiteradas de la madre y la falta de pruebas que sustenten sus versiones, la policía decidió seguir una nueva línea de investigación que sugiere un desenlace aún más trágico.
El detective Igor Diego explicó que se procederá a realizar un rastrillaje intensivo en las inmediaciones del hogar de Eduarda. “Una de nuestras líneas de investigación es que la nena pudo haber muerto y que su cuerpo fue descartado cerca de su hogar”, afirmó.
Este nuevo enfoque ha generado una ola de dolor e incertidumbre aún mayor. La idea de que Ana Beatriz ya no esté con vida resulta insoportable para muchos vecinos, que se habían aferrado a la esperanza de que fuera hallada con vida.
La presión social y mediática sobre el caso
El caso ha captado la atención de los medios nacionales, generando una enorme presión sobre las autoridades locales. En las redes sociales, los usuarios han mostrado indignación, compasión y una fuerte exigencia de justicia.
La figura de Eduarda Silva de Oliveira ha pasado de ser vista como una madre desesperada a convertirse en el centro de sospechas crecientes. Los investigadores mantienen la cautela, pero el rumbo de la investigación apunta hacia un desenlace mucho más oscuro que el inicialmente previsto.
¿Qué pasó con Ana Beatriz?
La pregunta sigue sin respuesta clara. Lo que al principio parecía una historia de secuestro ahora se entrelaza con elementos contradictorios, silencios inexplicables y la posibilidad de un crimen oculto.
La falta de pruebas concretas, la ausencia de testigos y las cámaras que no muestran lo relatado por la madre son elementos que refuerzan el giro sombrío que ha tomado el caso.
Mientras tanto, la comunidad de Novo Lino mantiene la esperanza de encontrar a Ana Beatriz, aunque sea para poder cerrar el ciclo de angustia y dolor. La verdad aún no ha salido a la luz, pero cada nuevo detalle empuja a los investigadores hacia un mismo y doloroso camino.