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"Se va a enterar y chau Celeste", el desesperante audio de una de las detenidas por el asesinato de Brenda, Morena y Lara

Una de las primeras detenidas por el triple crimen de Florencio Varela fue Celeste González Guerrero, señalada por la Justicia como la dueña de la vivienda donde fueron torturadas y asesinadas Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez.

Se va a enterar y chau Celeste, el desesperante audio de una de las detenidas por el asesinato de Brenda, Morena y Lara

Una de las primeras detenidas por el triple crimen de Florencio Varela fue Celeste González Guerrero, señalada por la Justicia como la dueña de la vivienda donde fueron torturadas y asesinadas Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. El caso, que mantiene en vilo a toda la comunidad, sumó en las últimas horas un nuevo y estremecedor capítulo: se filtró un audio desesperado en el que la sospechosa le ruega a su madre que borre “las conversaciones”, en un intento evidente por eliminar pruebas clave que podrían comprometerla aún más.

La revelación de este audio ocurre en medio de una investigación que avanza con fuerza y que no deja de sumar elementos explosivos. Para los investigadores, la grabación no solo expone el nerviosismo de la detenida ante la inminencia de su captura, sino que también podría convertirse en una pieza determinante para el futuro judicial de González Guerrero, según confirmó su propio abogado, Daniel Giaquinta.

El material se filtró mientras la fiscalía continúa reconstruyendo las últimas horas de las tres víctimas y el entramado criminal que derivó en uno de los hechos más cruentos ocurridos en Florencio Varela en los últimos años. La escena del crimen —una vivienda humilde pero estratégicamente ubicada— se transformó en el epicentro de una trama que mezcla narcotráfico, traiciones internas y vínculos que aún no fueron totalmente esclarecidos.

El audio en cuestión comienza con una súplica angustiante:

Mamá, borrá las conversaciones por favor. Necesito unas horas porque si yo voy sola, yo voy a pagar el ‘pato’ de todos”, se escucha decir a Celeste, con una voz temblorosa y cargada de urgencia.

La frase es reveladora. Para los investigadores, el pedido de “borrar conversaciones” sugiere la existencia de comunicaciones comprometedores, posiblemente con otros implicados o con integrantes de la banda que operaba en la zona. Además, el reconocimiento de que podría “pagar el pato de todos” deja entrever que Celeste tenía pleno conocimiento de que no actuaba sola y que había una red más amplia detrás de lo ocurrido.

En otro fragmento del audio, la detenida menciona a una figura clave:

Si me entrego, el ‘Jefe’ este se va a enterar y chau Celeste”.

Esta frase generó conmoción entre los investigadores. La mención al “Jefe” encendió todas las alarmas, ya que reforzó la hipótesis de que detrás del triple crimen hay una estructura narco organizada, con líderes que operan desde las sombras y que habrían participado activamente en la planificación del secuestro, tortura y asesinato de las jóvenes.

Para los fiscales, esta referencia al “Jefe” podría ser una de las pistas más importantes para desentrañar la cadena de mando de la organización criminal. Hasta ahora, los testimonios de algunos de los nueve detenidos apuntaban a la existencia de un líder que ordenaba movimientos y ejecutaba represalias desde la clandestinidad. El audio de Celeste no solo confirmaría esa versión, sino que también podría servir para direccionar la investigación hacia figuras de mayor peso dentro del entramado narco.

La detenida, en la grabación, también deja en claro su intención de ganar tiempo para “arreglar” la situación con esta persona, mostrando que no se trataba de una figura menor dentro del grupo:

No sé si me entendés, necesito acá acomodarme con él. No te voy a hablar más hasta dentro de unas horas”, dice, antes de concluir con una advertencia a su madre:

Tengo que arreglar esto, dame unas horas por favor. Y vos no sabés nada, no digas nada. Borra todo ya, borralo”.

Estas palabras, cargadas de urgencia, fueron analizadas detenidamente por los investigadores, quienes sostienen que confirman un intento deliberado de encubrimiento. Para la fiscalía, no se trata de una simple reacción de miedo, sino de una maniobra clara para destruir evidencia y proteger a otros implicados, posiblemente de rangos superiores dentro de la organización.

Frente a la gravedad de estos elementos, el abogado de González Guerrero, Daniel Giaquinta, intentó despegar a su clienta de las acusaciones. En declaraciones radiales, aseguró que presentará pruebas que “desvincularían completamente” a Celeste del triple crimen.

Tenemos una pesquisa para aportar que aclararía el hecho completamente, de punta a punta”, señaló Giaquinta. “Varios elementos de prueba van a corregir el curso de la investigación”, añadió.

Sin embargo, dentro de la causa, el panorama para la detenida no parece favorable. Su nombre figura en los documentos de la propiedad donde se cometieron los homicidios, junto al de su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva, quien también se encuentra detenido. Según los investigadores, la casa no era simplemente el lugar del crimen, sino que funcionaba como una base operativa de la banda.

Vecinos de la zona habían denunciado en reiteradas oportunidades movimientos extraños en la vivienda, con personas que entraban y salían a altas horas de la noche, autos estacionados sin identificación y episodios de violencia que nunca fueron esclarecidos. Para los fiscales, todo indica que la vivienda de Celeste y Miguel Ángel era un punto neurálgico en el mapa criminal.

La mujer, lejos de ser una figura secundaria, habría tenido un rol activo en la logística y en la cobertura del grupo. No obstante, su defensa insiste en que ella no participó directamente en los hechos de tortura y asesinato, y que incluso habría sido presionada por otros miembros para prestar la vivienda. Esta versión todavía no fue corroborada con pruebas contundentes.

Mientras tanto, el caso sigue sumando ramificaciones. La filtración del audio abrió nuevas líneas de investigación, especialmente en torno a los contactos de Celeste en los días previos y posteriores al crimen. Se están analizando llamadas telefónicas, mensajes de WhatsApp y movimientos de geolocalización para reconstruir minuto a minuto la red de comunicaciones entre los implicados.

Fuentes judiciales revelaron que una parte importante de la banda aún no fue identificada y que los investigadores creen que hay personas prófugas con roles determinantes. La mención al “Jefe” no hace más que reforzar esta teoría. Además, los fiscales no descartan que haya conexiones con bandas de narcotráfico de otras zonas del conurbano bonaerense, lo que transformaría el caso en uno de alcance mayor.

En paralelo, la presión social por Justicia crece día a día. Familiares y amigos de Brenda, Morena y Lara organizaron múltiples marchas en Florencio Varela exigiendo “perpetua para todos los responsables”. La comunidad se encuentra conmocionada por la brutalidad del crimen y por la revelación de vínculos cada vez más oscuros detrás de lo sucedido.

En este contexto, la situación judicial de Celeste González Guerrero pende de un hilo. El audio filtrado no solo la expone públicamente, sino que podría convertirse en una prueba clave en su contra. Los investigadores sostienen que sus palabras no dejan margen para interpretaciones ambiguas, ya que muestran un conocimiento pleno de los hechos, una relación directa con otros miembros de la banda y una intención clara de obstaculizar la acción de la Justicia.

Si bien su abogado insiste en que presentará nuevos elementos, la Justicia podría considerar que el pedido de borrar conversaciones constituye una tentativa de encubrimiento y agravar su situación procesal. De confirmarse su participación activa, González Guerrero enfrentaría una posible pena de prisión perpetua, como el resto de los principales imputados.

Por ahora, la causa continúa en etapa de instrucción, con más declaraciones previstas y peritajes en curso. Pero cada nuevo dato que sale a la luz profundiza la trama de un crimen que expuso la violencia extrema y la impunidad con la que operan ciertas bandas en el conurbano bonaerense.

El audio desesperado de Celeste no es solo un testimonio de miedo: es la ventana a un engranaje criminal que todavía no muestra su rostro completo. Y, para los investigadores, podría ser la llave que permita desarmar toda la estructura detrás del triple crimen que conmocionó a Florencio Varela.