DOLOR INMENSO

Se filtraron dramáticos detalles del encuentro entre Pequeño J y Lara Gutiérrez días antes del brutal triple crimen

En las últimas horas, una fotografía inédita encendió nuevas alarmas en la investigación del triple crimen de Florencio Varela, un caso que conmocionó a todo el país. La imagen, obtenida de las cámaras de seguridad de La Matanza, muestra un encuentro previo entre “Pequeño J”, principal sospechoso de los asesinatos, y Lara Gutiérrez, una de las tres adolescentes asesinadas.

Se filtraron dramáticos detalles del encuentro entre Pequeño J y Lara Gutiérrez días antes del brutal triple crimen

En las últimas horas, una fotografía inédita encendió nuevas alarmas en la investigación del triple crimen de Florencio Varela, un caso que conmocionó a todo el país. La imagen, obtenida de las cámaras de seguridad de La Matanza, muestra un encuentro previo entre “Pequeño J”, principal sospechoso de los asesinatos, y Lara Gutiérrez, una de las tres adolescentes asesinadas. La foto no sólo reavivó sospechas sobre un posible vínculo entre víctima y victimario, sino que también reveló la presencia de dos figuras adicionales que podrían ser clave para entender el entramado detrás de esta historia macabra.

La captura pertenece a un video registrado el 16 de septiembre, apenas trece días antes de la desaparición de Brenda del Castillo, Morena Verdi y la propia Lara Gutiérrez, las tres jóvenes que luego fueron halladas brutalmente asesinadas. En la imagen aparecen, además de Pequeño J y Lara, un joven apodado “Gordo” Dylan —quien habría sido pareja de Lara— y una adolescente de 16 años que, según los investigadores, se convirtió en una testigo central para reconstruir lo que sucedió antes de los crímenes.

La difusión de esta imagen generó un terremoto en la causa. Hasta ahora, la relación entre Lara y Pequeño J era una de las incógnitas más grandes del expediente. La posibilidad de que existiera un vínculo amoroso entre ambos había sido barajada desde el inicio de la investigación, alimentada por rumores y testimonios fragmentarios. Sin embargo, la aparición de “Gordo” Dylan en la escena cambió radicalmente el enfoque. Según fuentes judiciales, Dylan mantenía una relación sentimental con Lara en ese momento, lo que echa por tierra la hipótesis de una relación romántica entre la víctima y el principal sospechoso.

Lejos de ser una foto anecdótica, los investigadores consideran que esta imagen podría ser una de las piezas fundamentales para desentrañar la trama de traiciones, intereses y tensiones que derivaron en el triple homicidio. El “Gordo” Dylan, hoy prófugo, es señalado como una figura clave que habría actuado en las sombras y cuya participación podría explicar móviles hasta ahora poco claros.

De acuerdo con una de las teorías más firmes que maneja la investigación, Dylan habría utilizado a Lara como “carnada” para tenderle una trampa a Pequeño J, con el objetivo de robarle un cargamento de droga. Esta hipótesis no es menor: en paralelo a la causa por los homicidios, la Justicia investiga una red narco que operaba en la zona sur del conurbano bonaerense, y que tendría conexiones con la estructura criminal que lideraría Pequeño J. La idea de que un robo interno, una traición o un ajuste de cuentas haya detonado el crimen gana cada vez más fuerza con el avance de la pesquisa.

La misteriosa cuarta figura de la foto también cobra un protagonismo inesperado. Se trata de una joven de 16 años, quien habría estado presente en el encuentro registrado por las cámaras y que aportó información crucial a los investigadores. Según trascendió, la adolescente confirmó la veracidad del encuentro y señaló que el mismo se desarrolló en un local de comida rápida, en las inmediaciones de donde la cámara captó la imagen. Su testimonio permitió corroborar fechas, ubicaciones y vínculos, elementos que hasta entonces estaban llenos de lagunas.

Los pesquisas consideran que la foto fue tomada en un momento bisagra: días antes de que las jóvenes desaparecieran y en un contexto en el que, según distintas fuentes, las tensiones dentro del entorno criminal de Pequeño J se intensificaban. Algunos testigos hablaron de “movimientos raros” en el barrio, otros de “rumores de un golpe narco interno”. Lo cierto es que esa reunión no fue casual, y cada uno de los presentes podría haber jugado un papel determinante.

“Gordo” Dylan, cuya identidad completa no fue difundida por tratarse de un joven menor de 18 años, permanece prófugo desde poco después de que se conociera la desaparición de las tres adolescentes. Los investigadores creen que huyó de la zona al enterarse de los asesinatos, y no descartan que haya recibido protección de algún sector de la misma organización criminal a la que pertenecía. Su rol es central, ya que no sólo estaba vinculado sentimentalmente con Lara, sino que además tenía vínculos con el circuito narco local. Testimonios lo ubican como un “soldadito” con acceso a información interna sobre movimientos de droga.

La hipótesis de que Dylan habría planificado un robo contra Pequeño J utilizando a Lara como anzuelo surge de mensajes de WhatsApp que fueron recuperados de uno de los teléfonos secuestrados durante los allanamientos. En esas conversaciones, se habla de “un plan” y de “dar el golpe”. Aunque los mensajes no nombran directamente a Pequeño J, las referencias coinciden con los días y lugares que ahora aparecen en la imagen revelada. Los fiscales a cargo de la causa consideran que el móvil del crimen podría estar relacionado con este intento de traición interna, que habría desencadenado una represalia brutal.

Por su parte, la joven testigo de 16 años ha sido incorporada al programa de protección de testigos, debido a que su declaración no solo confirmó la reunión, sino que también aportó detalles sobre las interacciones entre los presentes. Según su testimonio, el clima en ese encuentro era tenso, con “miradas cruzadas” entre Dylan y Pequeño J. La adolescente también habría mencionado que se habló de “un negocio” y de “una movida grande”, aunque no pudo precisar detalles porque no participaba directamente de la conversación.

La difusión de esta imagen no fue casual ni improvisada. Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que la decisión de hacer pública la foto respondió a una estrategia para incentivar nuevas declaraciones y datos. En los últimos días, la Justicia recibió más de una decena de llamados anónimos que habrían aportado pistas sobre el paradero de Dylan, aunque ninguna de ellas pudo ser confirmada hasta el momento. Se cree que el joven podría haberse refugiado en zonas de la provincia de Buenos Aires donde la organización de Pequeño J aún mantiene influencia.

Mientras tanto, Pequeño J permanece detenido junto a su cómplice Matías Ozorio, en el marco de la investigación por el triple homicidio. Ambos fueron arrestados tras un intenso operativo policial y se los señala como los principales responsables de la muerte de las tres amigas. La aparición de esta imagen y las nuevas líneas de investigación podrían ampliar las imputaciones e involucrar a más personas en calidad de partícipes o coautores.

El triple crimen de Florencio Varela ha expuesto una red criminal mucho más compleja de lo que se sospechaba al principio. Lo que comenzó como la desaparición de tres adolescentes derivó en un entramado que involucra narcotráfico, traiciones internas y relaciones personales cruzadas. Cada nueva pieza que surge —como esta fotografía— acerca a los investigadores a entender cómo se gestó el brutal desenlace, aunque también abre nuevos interrogantes.

Por ahora, la clave parece estar en encontrar a “Gordo” Dylan y en profundizar la información aportada por la testigo adolescente. Ambas figuras podrían desbloquear el rompecabezas de una historia que combina drama, crimen organizado y una violencia que sacudió a toda la sociedad argentina.