Cómo ocurrió el Triple Crimen de Florencio Varela
Los análisis establecieron que el ataque se produjo durante la madrugada del sábado, cerca de las 2:00, apenas unas horas después de que las chicas fueran vistas con vida.
Los cuerpos aparecieron enterrados en el patio de una vivienda, con pies, manos, cuello y rostro inmovilizados con cinta adhesiva. Para los especialistas, ese método demuestra que las víctimas fueron sometidas para impedir cualquier defensa o pedido de auxilio.
Si bien Lara padeció la violencia más atroz, las otras dos jóvenes también sufrieron una agonía marcada por la brutalidad:
Una de las mayores presentaba hundimiento de cráneo y múltiples golpes en el rostro.
La otra tenía una luxación cervical, graves traumatismos faciales y un corte transversal en el abdomen hecho después de su muerte. En este caso, además, hubo un intento de calcinar el cuerpo, práctica asociada a mafias que buscan borrar rastros.
La forma en que se cometieron los asesinatos refuerza la hipótesis principal de los investigadores: se trató de un ajuste de cuentas narco. El nivel de sevicia, las mutilaciones y la disposición final de los cuerpos responden a un modus operandi mafioso, orientado a infundir miedo en bandas rivales.
“Esto no es un hecho aislado, sino parte de una guerra territorial por el control de la zona sur del conurbano”, explicaron fuentes judiciales.
Los equipos forenses trabajan sobre restos de cinta adhesiva, perfiles genéticos y huellas dactilares para identificar a los responsables materiales. Paralelamente, se analizan comunicaciones y cámaras de seguridad para reconstruir el recorrido de las jóvenes desde su desaparición hasta el momento del crimen.
La investigación apunta a desentrañar no solo quiénes participaron directamente, sino también a los autores intelectuales. Todas las miradas se dirigen a un presunto jefe narco apodado “Pequeño Jota”, señalado como el principal instigador de la masacre.
El triple crimen desató una ola de indignación en Florencio Varela y en todo el país. Vecinos y familiares organizaron marchas reclamando justicia y denunciaron la expansión del narcotráfico en barrios vulnerables.
Las familias de Brenda, Morena y Lara insisten en que la masacre es consecuencia de la ausencia de control estatal y de la creciente penetración del poder narco en la vida cotidiana.
Aunque los ajustes de cuentas no son una novedad en la provincia de Buenos Aires, los investigadores coinciden en que este caso marca un quiebre. La combinación de torturas, mutilaciones, cortes postmortem e intentos de incineración no tiene precedentes en la zona.
“Estamos ante un crimen de manual mafioso”, resumió una fuente policial.
La fiscalía deberá probar no solo la responsabilidad de los detenidos, sino también la cadena de mando que llevó a la ejecución del plan. Mientras tanto, el Ministerio de Seguridad bonaerense aseguró que el caso “no quedará impune” y que desplegará operativos especiales contra las bandas narco en el sur del conurbano.
Pero en Florencio Varela el temor persiste. La comunidad reclama respuestas urgentes y teme que este triple crimen sea apenas la muestra más visible de una violencia todavía más profunda que se esconde en las sombras.