Mientras abajo los vecinos intentaban sofocar las llamas “a puro balde”, Gerardo se lanzó hacia el interior de su vivienda para buscar a los chicos.
“Menos mal que se habían agrupado. Los agarré como pude, pero el humo no nos dejaba avanzar. De pronto entró una brisa, se abrió un poco y vi el techo del vecino. Lo único que se me ocurrió fue tirarlos ahí encima para salvarlos”, detalló.
El relato deja ver la desesperación vivida en esos minutos. “Estamos vivos de milagro”, concluyó, con lágrimas contenidas.
El drama del cuñado: 90% del cuerpo quemado
El hombre que vive en la planta baja -el cuñado de Gerardo- fue quien se llevó la peor parte. Cuando Gerardo salió al balcón tras la explosión, lo vio envuelto en llamas, pidiendo ayuda. Los vecinos lograron auxiliarlo, pero las lesiones fueron devastadoras.
Fue trasladado al Hospital Evita, donde permanece internado en estado crítico, con quemaduras en el 90% del cuerpo. Su familia perdió absolutamente todo: muebles, ropa, electrodomésticos y la escasa mercadería con la que se ganaban la vida como feriantes.
Una espera angustiosa: “Dos horas para que llegue la ambulancia”
Uno de los puntos que más indignación generó en la comunidad fue la demora en la asistencia médica. “Esperamos dos horas la ambulancia y los bomberos”, denunció Gerardo. “Mientras tanto los vecinos hicieron lo que pudieron. Tiraban agua, trataban de sacar gente. Fue desesperante”.
Los Bomberos Voluntarios de Lanús finalmente arribaron y trabajaron durante horas para controlar el fuego. La Policía Bonaerense cercó la zona y cortó la circulación en toda la manzana debido al peligro inminente de derrumbe.
Destrucción total: tres familias en la calle
Las imágenes del amanecer mostraban la fachada cubierta de hollín, los vidrios estallados y restos calcinados de juguetes, muebles y ropa. La estructura presenta daños severos y riesgo de colapso.
“Perdimos todo”, repetían los vecinos, sin poder ingresar a sus hogares. Las víctimas -tres familias, todas feriantes- no solo se quedaron sin casa, sino también sin herramientas de trabajo. La mercadería almacenada se quemó por completo. “Es un volver a empezar, pero sin nada”, lamentó una vecina.
Testimonios del barrio: el estruendo, el fuego y el miedo
El estallido fue tan fuerte que despertó a toda la cuadra. Una vecina describió: “Nos encontramos con el fuego y nos explotaron todos los vidrios atrás. Fue horrible”, dijo en declaraciones a América.
Otro vecino contó que al escuchar la explosión se acercó a ayudar: “Se veía el fuego por todos lados. Todos los de la cuadra salimos a tirar agua”.