Enojo

Capitanich apuesta a volver al poder en Chaco, en la última interna peronista que destrabaron Alberto y Cristina

Nicolás Poggi
por Nicolás Poggi |
Capitanich apuesta a volver al poder en Chaco, en la última interna peronista que destrabaron Alberto y Cristina

“No soy muy político”, solía repetir ante los suyos el gobernador chaqueño Domingo Peppo. Una observación que confirmó su peso cuando se anunció, después de una intervención directa del tándem Alberto Fernández-Cristina Kirchner, que el que bajaba su candidatura era el propio mandatario peronista para allanarle el camino a su antecesor, Jorge Capitanich.

Se configuró así un caso inusual de un jefe del PJ que declina la posibilidad de una reelección. La relación entre Peppo y Capitanich siempre fue tensa pero respetuosa. Del otro lado, el radicalismo perdió vigor por la caída en desgracia de su principal exponente, Aída Ayala, a raíz de las causas judiciales que arreciaron sobre ella. Y así llega Chaco este domingo al último turno electoral antes de las elecciones del 27 de octubre.

Capitanich es el candidato del Frente Chaqueño (el Frente de Todos local), en fórmula con la diputada Analía Rach Quiroga. De confirmar su victoria, el peronismo sellará una permanencia en el poder de cuatro mandatos consecutivos (tres de ellos, de Capitanich). Además, para la apostilla, durante el único mandato de ese ciclo en que no fue gobernador (2015-2019), “Coqui” monitoreó la política y el justicialismo desde la intendencia de Resistencia, un sillón estratégico que en 2015 supo arrebatarle al radicalismo.

La oposición, nucleada en el Frente Somos Todos (con la UCR a la cabeza pero acompañada por el PRO y la Coalición Cívica), lleva al diputado radical Carim Peche, escoltado por el ex gobernador Roy Nikisch.

Para el peronismo sería una elección sin sobresaltos. “Vamos a sacar arriba del 50%. Cambiemos sacará un 25, 27%”, calculan ante A24.com cerca de Capitanich, donde se ilusionan con alcanzar el simbólico “54%”. Además, acusan al radicalismo de hacer una “campaña psicológica para la segunda vuelta” (Chaco tiene balotaje, aunque no ocurre desde 1995). “No tienen ninguna chance”, se ufanan en el PJ.

Puertas adentro

Si no hubiera intervenido Alberto Fernández, la pulseada entre Peppo y Capitanich como los dos jefes peronistas hubiera sido la postal determinante de la elección. Pero, después de las PASO del 11 de agosto, el candidato presidencial delante Frente de Todos se reunió con Peppo y le ofreció bajarse a cambio de una eventual embajada (Paraguay sería el destino). El motivo: eran tiempos de unidad y el (neo) peronismo no podía darse el gusto dividir el voto. Además (y esta es la razón de peso), Cristina quería a Capitanich.

“Tengo 5 encuestas, y las 5 dan ganador a ‘Coqui’ por entre 20 y 30 puntos”, le dijo Alberto a Peppo, según pudo reconstruir este portal, en aquella cita en sus oficinas de San Telmo. Primaron las buenas artes de la negociación y, quizás, la propia resignación del gobernador.

De hecho, la preparación electoral de Chaco había sido muy movida: primero, Peppo suspendió las PASO provinciales por decreto con la excusa de la “crisis”; después, desdobló la elección a gobernador para septiembre, pero luego cambió la fecha y las mudó al 13 de octubre ante la falta de acuerdo con Capitanich para el cierre de listas. La oposición fue a la Justicia, pero el trámite terminó resolviéndose a favor del gobernador.

En las PASO del 11 de agosto, Capitanich y Peppo compitieron por una candidatura a senador nacional, aunque el mandatario tuvo que hacerlo con boleta corta por una disposición judicial –esta vez- desfavorable para él. “Coqui” obtuvo 44 puntos frente a los 20 de Peppo. Y esa derrota confirmó el paso al costado del gobernador en la búsqueda de su reelección. “Ahí se definió la conducción del PJ”, dicen en el “coquismo”.

El resto del cuadro

La elección de este domingo tiene también otras perlas. El otro candidato del peronismo (por afuera) es Juan Carlos Bacileff Ivanoff, quien fuera vice de Capitanich y quedara a cargo del Ejecutivo provincial cuando “Coqui” asumió en 2013 como jefe de Gabinete de Cristina. En ese tiempo, Bacileff Ivanoff desconoció la conducción de su jefe político y ejerció el poder con mano de hierro, modificando incluso el calendario electoral local y desatando una feroz interna que obligó al gobernador en uso de licencia a regresar a la provincia para retomar el mando.

Ahora, Bacileff Ivanoff vuelve al ruedo con promesas de “mano dura” y el acompañamiento de las capas urbanas de Resistencia. Si bien el peronismo oficial le reconoce al ex vice que sumará parte del voto suelto de Peppo, le auguran solamente “12 puntos, 15 como máximo”.

Otro de los candidatos es Raúl Castells, de residencia en Chaco, que se postula por el Movimiento Independencia de Justicia y Dignidad.

Pero el trámite no terminará ahí, porque el 10 de noviembre habrá elecciones en 9 municipios, incluyendo Resistencia, donde el peronismo no alcanzó la unidad y postulará a Diego Arévalo y Gustavo Martínez, presidente del Concejo Deliberante. Como condimento extra, los peronistas locales se ilusionan con que Capitanich “rompa el maleficio” que dicta que ningún intendente de Resistencia pudo ser gobernador.

Cuando asumió en diciembre de 2015, Peppo encontró en su despacho de la Casa de Gobierno, en una de las zonas laterales, un pequeño altar con una virgen. Solía decir que lo había “heredado” (es conocido el fervor religioso de Capitanich) y que por el momento lo dejaría ahí. Vistos los hechos, quizás lo mejor que pudo hacer fue no haber cambiado nada en esa oficina.