La propuesta de la Vicepresidenta fue presentada este lunes en un acto en el Senado en homenaje a las víctimas del terrorismo, después del escándalo por la visita de legisladores de La Libertad Avanza a represores presos en Ezeiza. Villarruel prometió reabrir “todas las causas de terrorismo para que la Justicia haga lo que debió hacer hace más de 20 años”.
“Todos los montoneros deben estar presos, respondiendo por ensangrentar nuestra nación. Solo con los asesinos en las cárceles podremos, en unidad y con el deber cumplido, levantar a nuestra amada Argentina”, sostuvo la Vicepresidenta.
Villarruel también celebró poder realizar un homenaje “impensado hace 20 años”. “Permítanme mirar atrás con orgullo por haber desafiado la historia oficial en nombre de los inocentes a quienes les arrebataron la vida y el recuerdo”, afirmó.
Además, acusó al kirchnerismo de “enriquecerse con el dolor de todos los argentinos”: “Era extremadamente peligroso denunciar los crímenes de los protegidos de Néstor y Cristina Kirchner. Fuimos como pequeños David frente a un Goliat que usaba todo el poder estatal para garantizar su impunidad, reescribir la historia y llenar sus bolsillos con el sufrimiento de los argentinos”.
Más allá de esta diferencia puntual, en el Gobierno crece el malestar con Villarruel. La acusan de competir por ver quién tiene mejor imagen y de resaltar las encuestas donde se posiciona mejor que el propio Javier Milei. También la critican por tener una agenda propia, alejada de los planes presidenciales. Un ejemplo claro es su rechazo a la postulación del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.
La semana pasada, la diputada nacional de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, criticó duramente a Villarruel: “Ella va a la Fiesta Nacional del Poncho pero falta al Pacto de Mayo; se pelea con Francia mientras el Presidente tiene una sentencia de muerte por parte de Irán; reclama cuotas de género mientras se ríe con Mayans... Villarruel, rompé la maldición del vice; matá el ego y ubicate”.
Lemoine concluyó: “Es pésimo que la vicepresidenta tenga una agenda personal tan clara que la lleve a no acompañarnos para evitar cualquier tipo de costo político”.