Milei venía advirtiendo que el ritmo devaluatorio iba a modificarse si la inflación perforaba el piso del 2% mensual; sin embargo, extraoficialmente, empezó a trascender que la tasa de devaluación podría bajar si se perforaba el 2,5%. "La medida está en análisis", confirmaron desde el Gobierno a A24.com.
Esta decisión implicaría la consolidación de la política económica que viene llevando adelante el Gobierno, que tiene como uno de los pilares el dólar planchado para evitar que un salto cambiario se vaya a precios.
El presidente insiste en que la desinflación es producto del equilibrio fiscal y de haber cortado la emisión monetaria. E insiste en que en esta oportunidad (a diferencia de lo que pasó con la Convertibilidad o con el veranito de 2016/2017) el tipo de cambio no está fijado artificialmente, sino que se mantiene a raya producto del superávit.
El futuro del cepo
En ese marco, el Gobierno insiste en que la negociación con el FMI será clave para el futuro del cepo cambiario. Javier Milei dice que necesita 11.000 millones de dólares para eso y que los tiene preacordados. Y siempre insiste en que si no llegan desde el FMI, vendrán de inversores privados. Sin embargo, esa misma promesa se arrastra desde el inicio del mandato.
El staff del FMI es reticente a hacer nuevos desembolsos a la Argentina. Pero la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos podría cambiar la situación para el país. Su voz sería decisiva para lograr el desembolso, tal como pasó durante la presidencia de Macri.
Milei irá a los Estados Unidos el 20 de enero a la asunción de Trump y aprovechará la gira para tener conversaciones con el FMI. Lo acompañará Luis Caputo, "el mejor ministro de la historia". Después se van a ir juntos al Foro Económico de Davos.
La gran duda es si ese eventual préstamo se va a poder usar para contener el tipo de cambio o si el FMI va a exigir la libre flotación de la moneda. Fue la discusión que en su momento habían tenido el FMI con Luis Caputo cuando este era presidente del Banco Central, durante la gestión de Macri.
En 2018 el FMI ganó la pulseada inicialmente y Caputo salió eyectado de su cargo. Pero hacia inicios de 2019 el FMI autorizó las intervenciones, por entender que la inflación argentina estaba atada al precio del dólar. Caputo lo sintió como una pequeña victoria personal. "Yo avisé", dijo a los amigos que lo frecuentaban.
La gran duda es qué va a pasar ahora en caso de que el FMI autorice un desembolso. Caputo sigue pensando lo mismo: contener al dólar es clave para la estabilidad de precios y para la estabilidad política. El FMI insiste en que una devaluación es necesaria y que no se puede seguir con un tipo de cambio atrasado. Milei asegura que no va a devaluar.
Como sea, el tipo de cambio fijo o a la baja es una herramienta clave para que el oficialismo pueda capear el año electoral. La historia política argentina demuestra que no hay mejor estrategia de campaña que mantener el dólar quieto y el consumo volando. La gran duda es si el modelo es sostenible a largo plazo.