Este triunfo de Guillermo de Rivas marca un hito, ya que será la primera vez que el peronismo alcanza un tercer período consecutivo en el gobierno de Río Cuarto. De Rivas sucederá a Juan Manuel Llamosas, quien fue elegido dos veces como intendente, consolidando la continuidad del peronismo en la ciudad, aunque con el porcentaje más bajo de las tres victorias obtenidas desde que Llamosas asumió el poder.
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De Rivas, junto al gobernador Martín Llaryora (Foto: archivo).
Por otro lado, esta elección representa un duro golpe para la UCR, que tuvo su peor desempeño desde el regreso de la democracia, teniendo en cuenta que nunca había quedado por debajo del 25% de los votos en elecciones anteriores.
La participación electoral fue nuevamente baja, alcanzando solo el 55,4%, con casi 76,000 personas que decidieron no votar. Este nivel de participación es apenas superior al de hace cuatro años, cuando solo el 49,9% del padrón acudió a las urnas, influenciado por la lluvia, el descontento político y la pandemia.
Durante la jornada electoral, la baja afluencia de votantes fue notable, al punto que los propios candidatos instaron a la ciudadanía a participar. Además, esta elección se caracterizó por el uso de la Boleta Única de Papel, un dato destacado en el proceso electoral.
La "Provincialización de la elección"
La jornada electoral trascendió el ámbito municipal de Río Cuarto y se convirtió en el segundo examen para el gobernador Martín Llaryora desde que fue electo gobernador.
Después del triunfo ante Luis Juez en junio del año pasado, se involucró en las elecciones de Córdoba capital y jugó para que Daniel Passerini sea electo intendente de la Ciudad, en las elecciones que fueron desdobladas de la provincial. Passerini le ganó cómodo a Rodrigo De Loredo.
Como en aquella oportunidad, la victoria de De Rivas ahora en Río Cuarto no solo representa un triunfo para el oficialismo local sino también un respaldo para Llaryora que jugó fuertemente para el nuevo intendente.