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Como la cuarentena, el gobierno de Alberto cambia el protocolo y entra en una nueva fase

Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Como la cuarentena, el gobierno de Alberto cambia el protocolo y entra en una nueva fase

Detrás del discurso de advertencia de que “todavía no superamos el problema” de la pandemia de coronavirus, el presidente Alberto Fernández prorrogó ayer la cuarentena por tres semanas, hasta el 28 de junio, pero con mayor apertura y flexibilidad en el interior del país: el “distanciamiento social” en el 85% del territorio dará por terminado el “aislamiento”.

Y en el área metropolitana (AMBA), la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense reabrirán comercios barriales y de cercanía que hasta hoy permanecen cerrados.

Hay una contradicción en el discurso: suena alarmista y dramático, infunde miedo a los contagios y al colapso del sistema de salud, pero las medidas son mayor flexibilización. Casi todo el país, menos AMBA, Chaco, Córdoba, Río Negro y Trelew, podrán reabrir industrias y comercios, circulación y reuniones, con protocolos de “distanciamiento social”.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunció que los municipios del interior provincial podrán transitar cinco fases hacia mayor liberación de actividades si no tienen circulación del virus. Y en el Conurbano, los comercios barriales aún no habilitados podrían reabrir con protocolos a pedido de intendentes.

Lo mismo dijo el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sobre la indumentaria y el calzado, y sumó más paseos para niños, actividad física y cultos religiosos en templos y por streaming.

En forma simultánea, Alberto Fernández comenzó a diseñar la hoja de ruta de la salida de la pandemia. Mientras apura el acuerdo por la reestructuración de la deuda, que demorará algunas semanas más, anoche confirmó en Olivos que acordó con los empresarios un esquema de reuniones frecuentes entre el Gobierno, las cámaras empresariales y la CGT para construir los consensos de una agenda postpandemia.

El estado de ánimo del Presidente es bueno en general, aunque en la intimidad está preocupado por las consecuencias de cada prórroga de la cuarentena. Pero considera que los nubarrones en la economía se podrán disipar con un éxito en la renegociación de la deuda privada.

El hombre que más influencia tiene en el entorno es Gustavo Béliz”, señaló a A24.com un hombre que participa frecuentemente de las tertulias de la residencia presidencial. Alberto Fernández le dijo a quien los reconcilió: “Me trajiste al mejor”.

Béliz, esta altura, es un jefe de Gabinete en las sombras. En el tema deuda, por sus contactos en el exterior, Béliz tiene casi el mismo peso que el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Según pudo saber A24.com de altas fuentes oficiales, el Presidente buscará recuperar su iniciativa política con la activación de su demorada propuesta de campaña de construir un “Nuevo Contrato Social”. En función de ello, invitó anteayer a los empresarios más poderosos del país. Y antes almorzó en Olivos con el ex ministro de Economía y ex candidato a presidente en las elecciones de 2019, Roberto Lavagna.

Los empresarios se fueron conformes con la certeza de que no habrá un avance del Estado sobre el sector privado. “No va a comprar las acciones de las empresas a cambio de la ayuda del Estado con los ATP”, señaló en forma risueña un ejecutivo.

“Nos fuimos muy conformes porque fue una muy buena reunión, de tono amable y cordial. Nos dijo que quiere pagar la deuda a cambio de que sea sustentable”, resumió otro.

Un tercero aportó que “el Presidente considera que las empresas somos parte de la solución y propuso que hagamos reuniones más frecuentes con todos los sectores para llegar a consensos postpandemia”.

En la reunión, Alberto puso el ejemplo del acuerdo reciente entre la UIA y la CGT por el cual se convinieron suspensiones de trabajadores con una quita en salarios de 25% a cambio de no producir despidos.

Hay que buscar consensos para después de la pandemia”, dijo el Presidente. Lo escuchaban y asentían nada menos Miguel Acevedo (UIA), Javier Santiago Madanes Quintanilla (Aluar), Luis Pagani (Arcor), Roberto Murchison (Murchison), Sergio Kaufman (Accenture), Luis Pérez Companc (Molinos), Marcos Bulgheroni (Pan American Enegy) Mariano Bosch (Adecoagro) y Daniel Herrero (Toyota).

El Presidente quiere siempre que Lavagna sea el presidente del Consejo Económico y Social, cuyo proyecto de Ley todavía no envió al Congreso, quizás demorado por la pandemia. Pero el ex ministro de Economía tiene la decisión firme, y tomada, de no asumir ningún cargo en el Gobierno.

No va a participar de nada y tiene algunos cuestionamientos sobre las demoras con la deuda, las pymes, y las políticas que cortaron el flujo de dólares como la derogación de la ley de economías del conocimiento, cuyas empresas se van a Uruguay, y la suba de las retenciones agropecuarias”, señalan economistas que conversan con el ex ministro, mientras su entorno se mantiene en el hermetismo.

Sin embargo, existe una colaboración del lavagnismo con la Casa Rosada.

  • Varios funcionarios que ocupan cargos importantes, como Marco Lavagna en el Indec o Matías Tombolini en el Banco Nación.
  • El bloque de Consenso Federal ausentó a algunos diputados la semana pasada para una sesión especial en la que buscaba rechazar el DNU de “superpoderes” para el jefe del Gabinete, Santiago Cafiero.

Un silencioso aporte a los aliados del peronismo.

Alberto necesita retomar la agenda económica más allá de la pandemia y del anuncio de prórroga que liberará algunas actividades en la Ciudad y en la provincia, pese al aumento de casos positivos de COVID”, dijo a A24.com un alto funcionario. “Lo de la deuda viene encaminado, hay optimismo y el Presidente quiere arreglar con los acreedores. Eso podría encauzar el resto de la agenda”, señaló.

En función de ello es que Cafiero congregó a todo el gabinete anteanoche en el CCK para comenzar a diseñar la agenda postpandemia, en línea con el Presidente que había recibido a empresarios y al ministro del Interior, Eduardo De Pedro, que recibió ayer a la plana mayor de la CGT con Héctor Daer a la cabeza.

La semana última, los sindicalistas habían conversado con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y con la vicejefa de gabinete, Cecilia Todesca, sobre la necesidad de crear una mesa o “comisión postpandemia” con todos los sectores para comenzar a construir esa agenda de salida de la emergencia sanitaria.

Esta agenda está acordada con Cristina Kirchner, la vicepresidenta. El martes último en Olivos, Alberto recibió a Cafiero, De Pedro, al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y al jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner. Allí se acordó que el discurso, el tono y las medidas serán todas convenidas con la ex presidenta.

La agenda económica del Presidente, por lo tanto, consistirá en:

  • Apurar el acuerdo por la deuda privada y con el FMI.
  • Articular reuniones con empresarios y la CGT en un consenso postpandemia, para un “nuevo contrato social”.
  • Preparar la ley de Presupuesto 2021.
  • Articular acuerdos con gobernadores, empresarios, sindicatos y movimientos sociales, y federalizar proyectos de obras públicas.

Más a largo plazo buscará discutir una reforma tributaria, una nueva coparticipación federal de impuestos con las provincias, disponer líneas de financiamiento a sectores de la economía e inyectar fondos en las pymes para la generación de empleo. La contención social, con los programas ATP e IFE continuarán, por tiempo indefinido.

Además, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, adelantó a A24.com que pondrá en marcha un programa de economía popular, con los movimientos sociales, basado en cinco sectores: construcción, alimentos, textil, economía del cuidado y reciclado.

En medio de ello, subsisten las preocupaciones por la pandemia del COVID-19. Previo al anuncio de anoche, Alberto Fernández se reunió con el comité de expertos médicos y científicos. El grupo se reduce cuando van a Olivos porque la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, pide que vayan igual cantidad de hombres y mujeres para mantener el cupo de género.

Ayer participaron la embajadora de la OMS /OPS para América Latina y el Caribe, Mirta Roses; el director científico de la Fundación Huésped, Pedro Cahn; el titular de la Sociedad Argentina de Infectología, Omar Sued, y los especialistas Ángela Gentile, y Gustavo Lopardo. Estaban también Cafiero, Vilma Ibarra, el ministro de Salud, Ginés González García; y los secretarios de la Presidencia, Julio Vitobello; y de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.

Del encuentro surgió la idea de que “se le va a dejar la decisión a las provincias para abrir más la cuarentena a aquellas que puedan abrir más”. También sobrevoló una “preocupación por el goteo en las jurisdicciones de transportistas de la zona metropolitano que transportan el virus y eso se mira con atención”. Habrá también más testeo en barrios vulnerables y se impondrá un nuevo criterio de definición de caso sospechoso en CABA, Conurbano, Chaco y Río Negro, los focos más graves.

Este nuevo criterio de definición de caso sospechoso regiría desde la semana que viene. Con el criterio actual se testea a quien tiene fiebre más uno de estos síntomas: dolor de garganta, tos, molestia respiratoria o alteración del gusto y olfato. Con el nuevo criterio se testeará a quien tenga al menos dos de todos esos síntomas, aunque no tenga fiebre. “Esto aumentará mucho los testeos, porque hoy si no tenes fiebre no te testean”, dijo uno de los infectólogos.

Previamente, Alberto estuvo con los gobernadores por videoconferencia. Las conclusiones allí fueron las siguientes: la cuarentena viene para largo, porque todavía no pasó lo peor; se viene el invierno y no está claro cuándo será el pico.

No se puede evitar la circulación desde y hacia Buenos Aires. Cualquier apertura tiene que ser manteniendo el distanciamiento social”, aseguran. Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, anunció la vuelta de los deportes y las salidas de esparcimiento. “Priorizar la salud mental y las necesidades de los ciudadanos en la medida en que la seguridad sanitaria lo permita”, se acordó.

“Alberto está muy preocupado y convencido de que nadie ganó nada aún y que esto va a ser largo”, señaló. Contó el caso de Israel, que volvieron a clase y tuvieron que cerrar tres escuelas por rebrotes. La economía y la salud será el dilema en la nueva agenda presidencial.