En concreto, el pedido es para que no se le aplique ese dispositivo a Cristina Kirchner. Hay dos cuestiones que se piden que sean valoradas a su favor. En primer término, que durante todo el proceso (instrucción, etapa oral, apelaciones y sentencia formal de la Corte) la expresidenta estuvo "a derecho". Es decir, no se fugó, no obstaculizó la acción de la Justicia y se presentó en cada oportunidad en que así le fue requerida.
Pero hay otro punto que debe ser más importante todavía: por su condición de expresidenta (lo fue dos veces) y exvicepresidenta (una vez), Cristina tiene custodia asignada de la Policía Federal. Su función primordial es velar por la seguridad de quien tuvo la más alta magistratura del país. Pero ahora, al estar condenada a 6 años de prisión, es imposible suponer que una custodia permitiera que pudiera "evadirse y perderse el rastro de quien debe cumplir la pena en el domicilio autorizado". Comprometería a todo el personal asignado para su cuidado.
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La defensa de Cristina Fernández de Kirchner argumentó que por tener custodia oficial por ser una expresidenta, deviene innecesario colocarle una tobillera electrónica. (Foto: Escrito de la defensa de CFK)
En otra parte del escrito, Beraldi aclara que si no fueran atendidos los considerandos planteados, se reserva el derecho de peticionar, tal como permite la Constitución Nacional tras la reforma de 1994, a accionar contra la Justicia argentina en tribunales internacionales, como por ejemplo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)