Por primera vez, Bullrich expuso los lineamientos centrales de un posible plan económico: “Iría a un sistema bimonetario”. Traducción: poder hacer libremente operaciones en dólares. No es la dolarización de la economía pero casi. “Sería una economía con menos regulaciones y que se pueda operar con las dos monedas”, aclaró.
Dijo que además ya está preparando la primera gran medida de su posible gobierno: “Vamos a hacer una ley que tiene mil regulaciones y que termina con todas las trampas que hay en la Argentina”, planteó entre aplausos. Serían resoluciones, decretos y una ley para derogar “todas las regulaciones que hacen que otro sufra y que la Argentina tenga costos elevados”. Habló de barcos, camiones y aviones. La aplaudieron.
Pero también habló de política y de cómo ve al gobierno actual. Y en ese punto hubo murmullos en el auditorio. Ni aplausos, ni abucheos. "No hay que ayudarlos a que se levanten. Tienen que demostrar que su único objetivo es el poder", planteó. "La gente tiene que sentir que el peronismo es el poder por el poder. El canibalismo de ellos es un problema de ellos".
El tramo más saliente fue el que habló sobre Juntos por el Cambio, la coalición que quiere volver al poder en 2023 y también sobre una posible alianza con Milei. “En las ideas en abstracto coincidimos todos (en JxC). En la personalidad y valentía que hay que ponerle al cambio es la clave. El que acepte presiones, que se corra. Tenemos muchas historias de ese tipo”, sostuvo. .
"El peronismo siempre estará y es lo que impide que nos animemos a cambiar. Juntamente es lo que tenemos que lograr sacarnos de la cabeza. Puede ser que no estén en balotaje, si se consolida la tercera fuerza", dijo.
¿Alianza con Milei? Por ahora lo descarta. Pero deslizó: “No quiero pelearme con los jóvenes que creen en la libertad”.
Una Bullrich auténtica, lanzada a la carrera presidencial y que jugó de local.