Julieta Rossi, tras la muerte de Fernando Báez Sosa, y un tiempo antes, abrazada al joven (Foto: archivo).
Fernando Báez Sosa estaba de vacaciones con sus amigos y su novia, Julieta Rossi, en Villa Gesell, esperando divertirse con ellos. Sin embargo, el joven se cruzó con un grupo de rugbiers violentos que le dieron una paliza asesina a la salida de un boliche.
Desde esa trágica noche del 18 de enero de 2020, las cosas cambiaron rotundamente para la familia de Fernando y su novia. Julieta estaba devastada: al día siguiente de aquella noche trágica, iba a celebrar su aniversario de novios con Fernando.
La muerte inesperada la unió mucho a Silvio y Graciela, la mamá y papá del joven. Pero con el tiempo y a partir de la tristeza y el dolor por la situación, tomó algo de distancia y las visitas fueron menos frecuentes, según reveló Graciela, que dijo que para ella era como una hija.
Julieta se encuentra actualmente con tratamiento psicológico y no declarará en el juicio contra los 8 rugbiers asesinos que se realiza en Dolores. La joven de 21 años prefiere no hacerlo.
Con apoyo médico tras una depresión, Julieta retomó de a poco su vida. Se dedica al baile y muestra algunas de sus coreografías a los casi 700 mil seguidores que tiene en TikTok.
Asimismo, reveló que su sueño es ir a tomar clases de danza a Los Ángeles, Estados Unidos. No obstante, como es muy caro, ahora vende fotos de sus pies, un fetiche sexual de muchos usuarios que es muy rentable en las redes.
Días después del arranque del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, en el que se juzga a los 8 rugbiers que le dieron la paliza mortal a la salida de un boliche en Villa Gesell en 2020, sorprendió la ausencia de su novia, Julieta Rossi.
Según trascendió, la joven sufre de estrés postraumático y se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico para intentar recomponer su vida.
“Está en tratamiento y no pudo asistir, porque es algo como impredecible”, contó Graciela, la mamá de Fernando, a “Nosotros a la mañana”, por El Trece.
“Es una chica que perdió al amor de su vida y está tratando de recomponerse como pueda. La entiendo y la comprendo”, sumó la mamá.
Sobre su ausencia en el juicio, dijo: “Yo la quiero muchísimo y la extraño. Era como una hija para mí. Siento la enorme necesidad de abrazarla. Siempre viene a visitar, cuando puede”. Y sumó: “No puedo exigirle mucho, la verdad, porque siento que le trae muchos recuerdos visitarme”.
