A cinco días del arranque del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, en el que se juzga a los 8 rugbiers que le dieron la paliza mortal a la salida de un boliche en Villa Gesell en 2020, sorprendió la ausencia de su novia, Julieta Rossi.
A cinco días del arranque del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, en el que se juzga a los 8 rugbiers que le dieron la paliza mortal a la salida de un boliche en Villa Gesell en 2020, sorprendió la ausencia de su novia, Julieta Rossi.
Según trascendió, la joven sufre de estrés postraumático y se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico para intentar recomponer su vida.
“Está en tratamiento y no pudo asistir, porque es algo como impredecible”, contó Graciela, la mamá de Fernando, a “Nosotros a la mañana”, por El Trece.
“Es una chica que perdió al amor de su vida y está tratando de recomponerse como pueda. La entiendo y la comprendo”, sumó la mamá.
Sobre su ausencia en el juicio, dijo: “Yo la quiero muchísimo y la extraño. Era como una hija para mí. Siento la enorme necesidad de abrazarla. Siempre viene a visitar, cuando puede”. Y sumó: “No puedo exigirle mucho, la verdad, porque siento que le trae muchos recuerdos visitarme”.
Graciela Sosa tuvo que ver, una y otra vez, cómo asesinaron a su hijo, Fernando Báez Sosa, a patadas y golpes. "Cada testigo que entraba a declarar, volvían a pasar el video", aseguró la mamá luego de la cuarta audiencia del juicio que sigue todo el país, en el que se acusa a ocho rugbiers de matar al joven de 18 años.
"Hoy fue el peor día", subrayó la mujer en diálogo con La Cruda Verdad, por A24, quien asistió a la continuidad del proceso por la muerte de su hijo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores y escuchó a varios testigos que vieron en directo el ataque a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.
Una de las frases más resonantes de la jornada fue cuando un joven aseguró que le gritaban "negro de mierda, ahora que estamos afuera, por qué no me decís lo que me decías adentro". Graciela reaccionó: "Fue muy fuerte, tengo el corazón destrozado. Cuando escuché eso no sabía qué hacer, apreté fuerte el rosario que tenía en el pecho, me empecé a ahogar de la tristeza y tuve que salir a respirar. Cuando contaban que estaba ensangrentado y que le seguían pegando, cuando estaba arrodillado, cuando levantaba las manos pidiendo clemencia. Para una madre es muy doloroso".
Fue la primera vez que los ocho rugbiers imputados estuvieron en la sala sin barbijo "para que les vean la cara". Graciela afirmó que intenta evitar mirarlos. "Desde que llegué al departamento me recosté, no quería hablar con nadie. Se me presentaba toda esa imagen. Hoy fue el peor día. Recién hace poquito que me levanté, estoy un poco mejor, me puse a llorar, no es fácil escuchar y ver como asesinaron a mi hijo", afirmó.