Chipá de zanahoria: una versión simple, rendidora y perfecta para cualquier momento del día

El chipá de zanahoria se volvió una alternativa casera para quienes buscan sumar color y suavidad a esta preparación tradicional. Hecho con ingredientes básicos y una cocción rápida, es una opción ideal para acompañar el mate o resolver una merienda sin complicaciones.

Chipá de zanahoria: una versión simple, rendidora y perfecta para cualquier momento del día

El chipá es una de esas recetas que atraviesan generaciones en Argentina y en toda la región del Litoral. Su aroma, su textura elástica y su sabor característico lo convierten en un clásico indiscutido. Sin embargo, en los últimos años surgieron distintas variaciones que buscan aportar suavidad, humedad o un toque más nutritivo a esta preparación a base de almidón de mandioca y queso. Una de las más populares es el chipá de zanahoria, una opción que mantiene la esencia del original pero suma color y una textura ligeramente más tierna.

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A diferencia del chipá tradicional, esta versión incorpora zanahoria rallada, lo que permite lograr una masa más húmeda sin modificar el sabor característico del queso. Además, es una manera simple de sumar vegetales a la alimentación diaria sin volver la receta más compleja. La clave está en integrar bien los ingredientes y respetar los tiempos de cocción para evitar que pierdan su forma.

Qué ingredientes lleva el chipá de zanahoria

La receta mantiene los elementos clásicos del chipá tradicional, con el agregado de un componente fresco y fácil de conseguir. Los ingredientes necesarios son:

  • Almidón de mandioca (también conocido como fécula o tapioca)

  • Huevo

  • Queso rallado o queso semiduro picado

  • Manteca o aceite

  • Leche (solo si es necesario para ajustar la textura)

  • Zanahoria rallada fina

  • Sal

Estos elementos permiten lograr una masa maleable que, al cocinarse, conserva la textura típica del chipá pero con un interior más suave y ligeramente húmedo gracias a la zanahoria.

Cómo se prepara esta versión de chipá

El proceso es sencillo y se basa en integrar bien los ingredientes húmedos con los secos. En un bowl se mezclan el queso, el huevo, la manteca y la zanahoria rallada. Luego, se incorpora el almidón de mandioca hasta obtener una masa uniforme y firme. Si la mezcla queda demasiado seca, puede agregarse un chorrito de leche para ajustar la humedad.

Una vez lista la masa, se forman bolitas del tamaño de una nuez o un poco más grandes, dependiendo de la preferencia. Se colocan en una placa ligeramente engrasada y se cocinan en horno medio hasta que tomen un color suave en la superficie, sin necesidad de dorarse demasiado.

El resultado es un chipá tierno por dentro, con aroma a queso y un toque de humedad natural que aporta la zanahoria. Además, la masa es fácil de manejar y funciona tanto para tamaños pequeños como para chipás más grandes tipo panecillos.

Con qué se pueden acompañar

Al igual que el chipá tradicional, esta versión se adapta a múltiples momentos del día. Es perfecto para acompañar el mate, para una merienda rápida o como parte de una picada. También se puede servir tibio junto a una sopa, ensalada o algún plato más liviano para sumar textura.

Su versatilidad es una de las razones de su creciente popularidad: no requiere técnicas complejas ni ingredientes difíciles de conseguir, y puede hacerse con elementos que suelen estar en cualquier cocina.

Una receta hogareña que suma sabor sin complicaciones

El chipá de zanahoria casero demuestra que con apenas un agregado se puede renovar un clásico sin perder su esencia. Es una preparación accesible, rápida y con un resultado final que sorprende por su suavidad y su aroma. Una opción ideal para quienes disfrutan de los sabores tradicionales, pero no tienen miedo de incorporar pequeñas variaciones que aporten textura y color.