Paso a paso: cómo lograr chipas perfectos
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Encender el horno y precalentarlo a 180 °C.
En un bowl, mezclar el almidón de mandioca con el queso rallado y la sal.
Agregar los huevos, la manteca derretida y la leche, integrando hasta lograr una masa blanda pero no pegajosa. Si queda muy seca, se puede sumar una cucharada más de leche.
Formar pequeñas porciones con la masa, aplastarlas ligeramente en la palma de la mano y colocar en el centro un cubo de jamón y otro de queso.
Cerrar la masa con cuidado, dando forma redondeada, y ubicar los chipas en una bandeja para horno previamente enmantecada o con papel manteca.
Hornear durante 15 a 20 minutos, hasta que estén dorados por fuera y tiernos por dentro.
¿Cómo conservarlos y cuándo disfrutarlos?
El chipa relleno se puede comer caliente, cuando el queso aún está fundido, o dejar enfriar y guardar en un recipiente hermético hasta tres días. También se puede congelar crudo o ya horneado.
Ideal para acompañar el mate, un desayuno o una merienda, estos chipas rellenos se volvieron una opción muy buscada en los hogares argentinos. Son perfectos para compartir en familia, llevar a la oficina o servir en una picada.
Más allá de la versión tradicional, hay variantes que incorporan distintos tipos de queso (como mozzarella o provolone), e incluso algunos reemplazan el jamón por panceta o agregan hierbas secas para darles un toque distinto.
Un clásico que se reinventa
El chipa relleno de jamón y queso combina lo mejor de dos mundos: la receta típica del litoral con un giro moderno que lo transforma en un bocado irresistible. Con pocos pasos, ingredientes simples y un sabor que conquista a todos, se ganó su lugar entre los favoritos de las cocinas argentinas.