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1 + 4 = 5 → primer resultado.
5 + (2+5) = 12 → el número de arriba (5) más la nueva suma (2+5).
12 + (3+6) = 21 → el 12 más la suma (3+6).
21 + (8+11) = 40 → el 21 más la suma (8+11).
Queda claro que la lógica es ir acumulando: el nuevo resultado siempre arrastra al anterior.
Resultado final: 40
Segundo resultado del desafío matemático 1+4=5 2+5=12 3+6=21 8+11=¿?
Esta variante es un poco menos evidente, y por eso engancha más a quienes intentan resolverlo sin pistas. La clave es mirar cada línea por separado, como si fuese una minioperación independiente.
Probá pensar así: ¿qué pasa si en lugar de sumar, multiplicás los dos números de la fila? Te queda un número cercano al resultado, pero no exacto. ¿Qué faltaría? Sumale el primero de los dos números, y ahí aparece la coincidencia.
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1×4 + 1 = 5
2×5 + 2 = 12
3×6 + 3 = 21
8×11 + 8 = 96
Resultado final 96
Si lograste deducir este patrón antes de leerlo, ¡felicitaciones! Es la interpretación más ingeniosa porque no depende de las operaciones anteriores, cada línea se resuelve sola.
¿Para qué sirven estos ejercicios?
Aunque puedan parecer un simple pasatiempo, estos acertijos cumplen un rol importante: ayudan a entrenar el cerebro de manera divertida. Resolverlos mejora la atención, la concentración y la memoria de trabajo, porque obligan a buscar patrones, descartar hipótesis y probar alternativas. Además, estimulan la creatividad, ya que no se trata solo de aplicar reglas matemáticas conocidas, sino de descubrir una lógica oculta.