Julieta Rossi fue la última novia de Fernando Báez Sosa, antes que los rugbiers le dieran una feroz paliza con la que lo asesinaron en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell en enero de 2020.
Julieta Rossi fue la última novia de Fernando Báez Sosa, antes que los rugbiers le dieran una feroz paliza con la que lo asesinaron en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell en enero de 2020.
La joven atravesó por momentos muy complicados, le costó recomponerse y si bien al principio se aferró a Silvino y Graciela, la mamá de Fernando, se terminó alejando por recomendación de su psicólogo para mejorar la depresión.
Por ese tratamiento fue el que le aconsejaron no declarar en el juicio que duró todo enero en Dolores y terminó con las condenas de los 8 rugbiers: 5 a perpetua y 3 a 15 años.
Julieta intenta seguir con su vida, quiere cumplir su sueño de convertirse en bailarina. Para eso viajó a Estados Unidos a estudiar y esto generó mucho “hate” entre los que apoyan al grupo de rugbiers.
La joven publicó una foto que tuvo muchos mensajes, entre ellos el de su mamá. “Hermosa por dentro y por fuera, te amamos hija”, escribió la mujer junto a la foto de su hija.
Fernando Báez Sosa estaba de vacaciones con sus amigos y su novia, Julieta Rossi, en Villa Gesell, esperando divertirse con ellos. Sin embargo, el joven se cruzó con un grupo de rugbiers violentos que le dieron una paliza asesina a la salida de un boliche.
Desde esa trágica noche del 18 de enero de 2020, las cosas cambiaron rotundamente para la familia de Fernando y su novia. Julieta estaba devastada: al día siguiente de aquella noche trágica, iba a celebrar su aniversario de novios con Fernando.
La muerte inesperada la unió mucho a Silvio y Graciela, la mamá y papá del joven. Pero con el tiempo y a partir de la tristeza y el dolor por la situación, tomó algo de distancia y las visitas fueron menos frecuentes, según reveló Graciela, que dijo que para ella era como una hija.
Julieta se encuentra actualmente con tratamiento psicológico y no declarará en el juicio contra los 8 rugbiers asesinos que se realiza en Dolores. La joven de 21 años prefiere no hacerlo.