Con tal solo 22 años, Máximo Thomsen es la encarnación del mal y esto lo demuestra la advertencia que le hizo a Fernando Báez Sosa antes de salir del boliche, la zapatilla manchada de sangre y su huella marcada en el rostro de Fernando. Así como su sangre fría, ya que tras el asesinato fue a comer una hamburguesa.
Thomsen es conocido como “Machu” en Zarate donde creían que tenía futuro como un gran deportista, soñaba con jugar en la selección, Los Pumas algún día. Para eso practicó rugby desde muy pequeño en el Club Arsenal Náutico, ubicado a unas 20 cuadras de su casa.
“Tenía varias noviecitas y se había convertido en la nueva estrella de la ciudad”, reveló un vecino incluso en 2017 se fue a probar suerte a las juveniles del Club Atlético San Isidro (CASI), dejando atrás los privilegios de pueblo.
Sin embargo, no le fue bien en el club de zona norte del Gran Buenos Aires: “Nunca terminó de integrarse en CASI. En el plantel de su nuevo club ya no era el referente, ni el jugador más fuerte, ni el capitán. Por eso nunca se mudó a San Isidro y siguió viviendo en Zárate para mantener su círculo social”, aseguran en su entorno. El club de San Isidro expulsó a Thomsen cuando ocurrió el crimen de Báez Sosa, el 18 de enero del 2020.
Pese a esto, todo el entrenamiento de Thomsen lo llevó a tener un gran culto por el cuerpo y la gran cantidad de músculos.
Con esto el joven se volvió “invencible” en las peleas callejeras de las que participaba en las madrugadas de Zárate. Él y sus amigos tenían un grupo de whatsapp llamado “Los demoledores” en el que hablaban de estos combate, incluso en el 2019 dejaron a un chico en el hospital gravemente herido. “Acá todos sabíamos que esa bandita salía a buscar pelea. A veces ni siquiera tomaban alcohol, salían a pelearse”, contó un vecino.
“Máximo no era el que buscaba pelea, esos eran los Pertossi, pero cada vez que había piñas Máximo se transformaba y no lo podían parar”, revelaron.
En medio de todo esto, trascendió que los chicos eran además de una clase pudiente, los hijos del poder y se temía sobre su impunidad, algo que terminó la noche del asesinato de Fernando. La influencia de la familia Thomsen es menor al de los demás rugbiers, como la que tiene la familia Pertossi que concentró económicamente la defensa de los acusados, ellos fueron quienes le pagaron a Hugo Tomei.
Tras dejar de lado el intento de rugby profesionnal, Máximo trabajó para solventar sus estudios de educación física en el Instituto de Formación Docente N° 85 de Zárate, haciendo "changas" colocando alambrados.
A él y a su hermano Francisco los crio Rosalía, su madre sola, que es arquitecta y trabajó en la Municipalidad de Zárate. El matrimonio se disolvió después del nacimiento de Máximo y Marcial, su papá, se mudó a Campana donde rehizo su vida con otra pareja. “El padre siempre se borró”, cuentan quienes conocen a la familia.
Los problemas en Máximo comienzan allí cuando se separan sus padres. El joven quedó muy afectado, era el menor de otros dos hermanos.
Rosalía aseguran que atraviesa un cáncer de mama y Máximo se culpa por esto, ya que el vínculo que tenían era muy estrecho, y siente que todo lo que le está haciendo pasar la afectó. La mujer vive en la casa familiar, en un barrio residencial de Zárate de construcciones de clase media, y solo sale a la calle para sus tratamientos médicos y para visitar a su hijo en la cárcel. No tiene vida social y se la ve poco por el pueblo.
Sobre el padre de Máximo, Marciel Thomsen, tiene un mejor pasar económico por vinculaciones pasadas con el poder político. Tiene una tienda de venta de repuestos de autos y motos, pero entre 2007 y 2015 formó parte de Merco Golf SA, una empresa encargada de trabajos de movimientos de suelo y preparación de terrenos. Según dicen en Zárate, esta firma habría sido adjudicataria de gran parte de las obras licitadas por la municipalidad.
En prisión desde hace tres años, Máximo sigue siendo el líder del grupo de los rugbiers detenidos. No pierde sus virtudes del pasado: proliferan varios “club de fans” que en Instagram llenan sus fotos de clics, corazones y palabras románticas.
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