Según informes del sitio web local 0223, durante la inspección se descubrió una falta generalizada de limpieza y la presencia de charcos de agua debajo de la heladera de fiambres, donde se almacenaban productos como quesos, maníes, papas fritas y alimento balanceado sin contar con el correspondiente permiso municipal.
Además, se constató que el mostrador de la fiambrería carecía de protección interna, lo que representaba un incumplimiento de las normas de seguridad según fuentes de la municipalidad.
En el área principal del supermercado, donde se encontraban las cajas registradoras y la sección de vinos, se encontró un cableado expuesto que suponía un riesgo tanto para el personal como para los clientes.
La inspección del establecimiento se llevó a cabo luego de que se viralizara un video grabado por un cliente, el cual capturó el momento en que un gato ingresaba al mostrador de la fiambrería y comenzaba a morder uno de los jamones expuestos para la venta.
A pesar de que el supermercado contaba con la autorización municipal y estaba registrado en el Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas de la provincia de Buenos Aires, el cual tiene una validez anual, las irregularidades encontradas obligaron a su clausura.
El cierre del establecimiento ha generado preocupación en la comunidad local y ha generado un debate sobre la importancia de mantener altos estándares de higiene y seguridad en los comercios de alimentos. Se espera que las autoridades tomen medidas adicionales para garantizar el cumplimiento de las regulaciones y proteger la salud de los consumidores.