A pesar de haber superado una compleja operación en los tobillos, Batistuta no dudó en ponerse los botines y unirse al juego. Su participación no solo simbolizó su amor por el deporte, sino también su compromiso con la causa solidaria.
El momento álgido llegó a los 26 minutos del primer tiempo: un pase preciso encontró al exdelantero argentino en la medialuna del área. En un instante que desafía el tiempo y la edad, el 'Bati' desplegó su técnica legendaria y con un potente disparo colocó el balón en un ángulo imposible para el portero rival, marcando así el empate 3-3 para el equipo del Nazionale Cantanti contra el Movimento Corazón del Shalom.
La reacción fue instantánea: el público, abarrotando el Carlo Castellani Computer Gross Arena, se puso de pie para rendir un sentido aplauso al héroe de la tarde. El respeto y la admiración por la figura de Batistuta se hicieron sentir en cada rincón del estadio.
Más allá del resultado deportivo, el verdadero triunfo fue el gesto solidario que se materializó en cada jugada, en cada aplauso y en el propósito que unió a deportistas y espectadores: contribuir con aquellos que más lo necesitan en un momento de dificultad.