El nuevo capítulo llegó en la fiesta porteña Bresh. Apareció un video de Ángela y Marcos bailando juntos, muy compinches, y el clip fue subido a la cuenta oficial del evento. Pero a las pocas horas desapareció.
Ese detalle fue el combustible perfecto para la polémica: “No tenían consentimiento”, denunciaron en redes. Otros fueron más lejos: “Esto está armado para levantar rating en el stream, porque a Ángela no la dejan lucirse”.
En paralelo, la polémica tocó un costado aún más delicado: la ex relación de Ángela Torres con Rusherking. Hace pocos días, la cantante había deslizado que el estilo de vida del trapero la había dejado “complicada económicamente”, lo que provocó un descargo furioso de él en redes.
“Hasta acá me guardé mi opinión. Se pasearon por todos los programas hablando de su ex relación, mientras yo nunca dije nada”, disparó. Y remató con ironía: “Me voy a armar un fernet y a ver el partido”.
Entre los cruces con su ex, los roces en Luzu TV y el ship que ahora toma tintes de romance confirmado, Ángela Torres volvió a ser protagonista de una novela mediática de alto voltaje.