Kelly sueña con el día en que James salga de prisión para poder tener una vida normal. Por ahora se tiene que conformar con las videollamadas. La mujer de 28 años vive en los Países Bajos, un poco lejos de James, que vive en una cárcel de Oregon, Estados Unidos. Unos 12 mil kilómetros de distancia. Pero, según ella, ni esa distancia ni el hecho de que no lo ha visto nunca en persona, son motivos para desistir de su amor.
James 'Wyatt' Dentel vivía una vida excesos. Tenía 23 años y en una de aquellas salidas de alto voltaje terminó disparando. Una pelea que se le fue de las manos, dice. El ruido de las balas, los gritos resonando entre las paredes del bar, "no puede ser, no lo puedo creer", se escuchaba. La policía actuó enseguida. Aquella noche de 2012 terminó la fiesta para James, pronto tendría encima una condena de 20 años.
Del otro lado del mundo, Kelly Jacobs hacía una pasantía como trabajadora social. Para poder hacer mejor su trabajo se unió al servicio de correspondencia "writeaprisioner.com". Ella quería entender qué se sentía ser un recluso. La mujer eligió a Dentel porque se veía simpático, no pasó mucho tiempo desde que empezaron a escribirse cuando la relación escaló.
"Después de un tiempo empezamos a tener llamadas y videollamadas, usamos mensajes directos, nos escribíamos por horas cada día", comentó Kelly.
Dentel le propuso matrimonio a Kelly a través de una videollamada en octubre de este año. La pareja que ya cumplió tres años de relación se hicieron tatuajes con el fin de confirmar su romance.
La atracción por individuos peligrosos, criminales violentos, asesinos seriales es una parafilia y tiene nombre: Hibristofilia.
Bien decía el escritor B.J. Neblett: "somos la suma de nuestras experiencias". Lo que la mayoría de la sociedad ve como monstruo, algunas personas ven seres víctimas de una historia y un destino al que deben proteger. Pero, ¿por qué?
El término lo acuñó el psicólogo y sexólogo John Money en los años 50. Money aseguró que se trataba de una tendencia patológica que afectaba en su mayoría a las mujeres.
Asesinos como Ted Bundy que mató a treinta mujeres; Richard Ramírez que asesinó a catorce personas y violó a muchas más; John Wayne Gacy que estranguló a 33 jóvenes, entre otros asesinos múltiples han tenido una horda de mujeres fanáticas, que se declaraban enamoradas de ellos. Hubo incluso unos que habiendo cometido masacres encontraron esposas después de ser condenados.
Katherine Ramsland, psicóloga forense que ha estudiado a los asesinos en serie, entrevistó a mujeres que habían contraído matrimonio con criminales violentos. Ella expuso que había tres motivos principales sobre los que estas mujeres basaban su elección: