Silvana Díaz es de Merlo, un barrio humilde del oeste del conurbano bonaerense. Ella contó que decidió presentarse en MasterChef para combatir una tremenda depresión que atravesaba.
Silvana Díaz es de Merlo, un barrio humilde del oeste del conurbano bonaerense. Ella contó que decidió presentarse en MasterChef para combatir una tremenda depresión que atravesaba.
Silvana tiene 44 años y se dedicó durante toda su vida a trabajar como peluquera. Sin embargo, tenía pasión por la cocina, donde comenzó a probarse a los 24 años.
Ese comienzo tardío fue por que su mamá no la dejaba "pisar mucho ese sector de la casa", ella contó en el casting: “Quiero entrar a Masterchef para que lo que sé y puedo dar no quede encerrado en mi casa y lo pueda brindar a los demás".
"En un momento de mi vida tuve depresión y la cocina fue el motor fundamental para salir adelante. Para mí es más que servir comida, significa mucho más", reveló.
Entonces, contó que gracias a la cocina: "Ha sido un motor para salir adelante"
Cada tanto, Silvana sufre momentos de colapso emocional en las cocinas de MasterChef, ah entrado en crisis -por ejemplo- porque no sabía cómo preparar un chorizo, pero Damián Betular fue a contenerla y la hizo reír para descontracturar la situación.
Este jueves, en MasterChef (Telefe), los participantes tuvieron que zambullirse en una pileta llena de pelotas de pelotero para encontrar una naraja, ingrediente que tenían que agregar a la preparación del plato del desafío de la noche.
Todos, sobre todo la concursante Silvana Díaz, se tiraron de clavado a buscar la fruta, menos Rodolfo Vera Calderón, quien se acercó tímidamente a la pileta. "Rodolfo, metete a la pileta", le ordenó la conductora Wanda Nara con entusiasmo. En ese mismo instante, el periodista especializado en realeza cayó a la pileta, y Donato de Santis, Damián Betular y Germán Martitegui no pudieron contener la risa.
"Piso una pelota, me resbalo y caigo, y en un momento siento que no era una pelota: era una naranja", contó el aspirante a chef mirando a cámara.
Wanda se acercó al participante, lo sostuvo y le preguntó: "¿Rudi estás bien?". "A la hora de salir otro quilombo, no sabía ni dónde estaba, mareado, Wanda viene y me ayuda", relató, superado por el tropezón.