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Una imagen con algunos de los jóvenes acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa (Foto: archivo).
Además, desde allí mandó un mensaje de audio al grupo de amigos que tras el ataque había salido de la zona y se estaba reagrupando para regresar a la casa que alquilaba. “Estoy acá cerca de donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó”.
Por otro lado, Ciro Pertossi había enviado otro mensaje al grupo de WhatsApp “losdelboca3″. “Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie”, escribió.
En el celular de Blas Cinalli, por su parte, se encontró una charla con un amigo identificado como "Santi M.", a quien le confirmaba que habían matado a Fernando. "Amigo, flasheamos, creo que matamos a uno", le dijo en un chat y también hizo mención a que " todo Villa Gesell" estaba hablando de eso.
"Volvimos todos a la casa. No queremos salir", admitió Cinalli.
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El momento en que la policía se lleva detenidos a todos los acusados (Foto: archivo).
La reacción de los rugbiers al ver la golpiza asesina que le dieron a Fernando Báez Sosa
El principio de la segunda semana del juicio por el asesinato a golpes de Fernando Báez Sosapor parte de un grupo de rugbiers a la salida de un boliche de Villa Gesell en 2020 sigue revelando datos dolorosos.
En una nueva jornada, mostraron el video de la terrible golpiza que el grupo le dio al joven tras salir de Le Brique. Una emboscada mortal que le hicieron a Fernando, en la que no dejaron acercarse a sus amigos para ayudarlo y lo terminaron pateando en el piso.
Sin barbijo en sus caras, aseguraron los presentes en la sala del Tribunal de Dolores que los acusados miraron a la pantalla donde se proyectó el video sin demostrar nada. Fríos y calculadores. “Se inclinaban para ver”, afirmó, incluso, una periodista de TN.
En todo momento intentan mantener esa actitud. No obstante, algunas de las personas presentes en el juicio deslizaron días atrás que los acusados se rieron cuando entró Pablo Ventura, el chico al que Máximo Thomsen involucró falsamente al decir que el calzado con una marca de sangre hallado en la casa que alquilaban en Villa Gesell le pertenecía a él.