“Se pelearon afuera del boliche y van a pagar una condena más larga que los años de vida que tienen. Esta es la justicia reformadora, esos jueces tuvieron la oportunidad de dar el ejemplo y no la usaron”, sumó.
También envió mensajes hacia los letrados que defendieron a Báez Sosa: “Burlando y sus cómplices de la prensa están dándole pie a estos inadaptados para juzgarse de víctimas. Igual que pintan a San Fernando. La banda de doce monaguillos y los patovicas altos violentos también”.
Además, también apuntó contra Julieta Rossi, la novia de Fernando, que está estudiando baile en Estados Unidos: “Los amigos de Fernando no eran ningunos humildes en realidad tienen mejor pasar que los rugbiers”.
El insólito motivo por el cual los rugbiers no ayudaron a Máximo Thomsen cuando se desmayó
Uno de los momentos más llamativos durante la lectura de la sentencia que condenó a los rugbier por el asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa, fue cuando Máximo Thomsen -líder del grupo- se desmayó tras escuchar que le daban reclusión perpetua.
El ex rugbier oriundo de Zarate debió ser asistido por el cuerpo médico y en ese momento se interrumpió la lectura. Lo que resaltó en todo esto fue que Máximo cayó rendido en su silla, y fue un policía el que le atajó la cabeza y lo ayudó, no sus amigos.
Lo que sucede es que no pueden tener contacto entre ellos en el Tribunal. Lo tienen prohibido por ley. Aseguran que Ayrton Viollaz quiso ayudarlo, pero no pudo: el oficial a cargo lo retó y este debió frenar y volver a su lugar.
Lo que sucede es que para estar allí les sacaron las esposas. Si alguno se mueve o intenta una acción distinta deben volver a colocarsélas.
Las sentencias fueron para Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano y Ciro Pertossi prisión perpetua, por haberse probado el delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Mientras que para Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi fueron considerados “partícipes secundarios” del mismo delito, por lo que les corresponde una pena de 15 años de prisión.