Durante los meses en los que sufrió dolor, la madre de tres hijos hizo 20 llamadas a su médico de cabecera y numerosos viajes a farmacias para que le dieran medicamentos para la ansiedad. Le dijeron que se mantuviera alejada de los productos lácteos.
No fue hasta que la mujer dio a luz cuando logró saber el origen de su dolor. Los cirujanos encontraron cáncer en sus ovarios, el revestimiento de su abdomen y los ganglios linfáticos después de que su hijo naciera por cesárea.
Lois ha querido mostrar su total decepción y denuncia a los sanitarios y profesionales de la salud. "Ha sido absolutamente diabólico. Se llaman a sí mismos profesionales de la salud y se supone que deben brindarnos atención, pero eso es negligencia. Siento que podría haberse detectado antes, para no tener este diagnóstico tardío, y dejaré tres hijos. Si el NHS no reconoce que las cosas deben cambiar, lo siento por todos", ha dicho en una entrevista a la BBC.
Pese a asistir repetidamente a distintas consultas médicas, los doctores relativizaron su condición al asociarla con un síndrome de colón irritable primero y con ansiedad más tarde. Aunque ha tenido seis rondas de quimioterapia y dos operaciones, los médicos ahora dicen que no hay forma de evitar que la enfermedad la mate.