La serie coreana "Cashman" ya se estrenó en Netflix y en pocas horas entró al top 10 de Argentina. Con apenas ocho episodios, es el k-drama ideal para maratonear.
Netflix estrenó la serie coreana más esperada del 2025 y es el k-drama del momento con 8 capítulos. (Foto: Archivo)
Cashman se estrenó en Argentina y en cuestión de horas se convirtió en uno de los títulos más comentados de Netflix. La plataforma volvió a apostar por una producción coreana y el resultado no tardó en notarse en el ranking local. Con apenas ocho capítulos y una premisa tan simple como inquietante, la serie logró lo que muchas buscan durante semanas: atención inmediata y conversación global.
Desde el impacto que dejó El juego del calamar, las ficciones surcoreanas dejaron de ser una rareza para transformarse en un fenómeno sostenido. Títulos como La reina de las lágrimas o Mi adorable demonio consolidaron una audiencia fiel que hoy espera cada nuevo estreno con expectativa.
En ese contexto llegó Cashman en Netflix, una historia que combina acción, drama y una crítica directa a uno de los temas más sensibles de la vida cotidiana: el dinero.
La trama de Cashman se centra en Kang Sang-woong, un hombre común que vive una vida tranquila hasta que hereda un poder sobrehumano inesperado. No hay laboratorios secretos ni experimentos fallidos. El don aparece como una herencia, casi como una carga familiar. Y ahí surge el verdadero conflicto.
Cada vez que Kang utiliza su habilidad para hacer el bien, pierde dinero. El heroísmo tiene un precio concreto y devastador. En esta historia, salvar a otros implica vaciar la cuenta bancaria propia.
El personaje principal está interpretado por Lee Jun-ho, uno de los actores más reconocidos de la industria coreana actual. Su Kang Sang-woong no responde al arquetipo clásico del héroe seguro de sí mismo. Duda, se equivoca, se frustra y calcula cada paso que da.
En el centro emocional de Cashman aparece Kim Min-suk, la novia de Kang, interpretada por Kim Hye-jun. La relación funciona como un ancla a la vida real del protagonista. No se trata solo de romance, sino de convivencia, proyectos y expectativas compartidas.
Uno de los grandes aciertos de Cashman en Netflix fue su formato. Son apenas ocho episodios, con una duración que oscila entre los 47 minutos y una hora. El ritmo es ágil, con finales que invitan a continuar sin pausa.
Desde su estreno el 26 de diciembre, la serie escaló posiciones rápidamente y se ubicó entre las más vistas del catálogo argentino. La estructura narrativa evita rellenos innecesarios. Cada capítulo avanza en la construcción del conflicto y suma capas al dilema central. La sensación constante es que algo está por romperse, ya sea la estabilidad emocional, financiera o moral del protagonista.
El éxito de Cashman en Netflix no ocurrió en el vacío. Forma parte de una estrategia más amplia de la plataforma, que desde hace años invierte en contenidos surcoreanos. Tras el impacto global de El juego del calamar, el público internacional comenzó a buscar nuevas historias provenientes de ese mercado.
Series románticas, thrillers, dramas históricos y ahora ficciones de superhéroes encontraron un espacio destacado en el catálogo. La clave estuvo en propuestas originales, con identidad propia y temáticas universales.
En ese sentido, Cashman logró diferenciarse dentro de un género saturado. No intentó competir con las grandes franquicias occidentales, sino que propuso una vuelta de tuerca cercana y reconocible.
En pocas horas, Cashman acumuló reseñas positivas y comentarios entusiastas. Muchos espectadores destacaron la originalidad del guion y la forma en que la historia conectó con problemas reales.
La producción apostó a una idea clara y la desarrolló sin dispersarse. Esa coherencia narrativa fue uno de los factores que explicaron su rápida popularidad.
