Curiosidades

¿Por qué romper un espejo trae 7 años de "mala suerte"?

La idea de que un espejo roto trae siete años de mala suerte tiene raíces milenarias.

La idea de que un espejo roto trae siete años de mala suerte tiene raíces milenarias.

La idea de que un espejo roto trae siete años de mala suerte tiene raíces milenarias.

La creencia de que romper un espejo trae siete años de mala suerte tiene más de dos milenios de historia. Esta superstición, presente en diversas culturas, se originó en la Edad Antigua, cuando los espejos eran considerados objetos sagrados con poderes místicos. Con el tiempo, la idea se mezcló con concepciones filosóficas y médicas, hasta convertirse en el mito que se conoce hoy.

En la Antigua Grecia, se pensaba que el reflejo de una persona en el agua revelaba su alma. Esta creencia, conocida como la teoría de la "psique reflejada", sostenía que cualquier alteración en el reflejo podía afectar el bienestar espiritual. La idea se profundizó con prácticas como la catoptromancia, un tipo de adivinación que utilizaba espejos para predecir el futuro y recibir respuestas de los dioses.

En la sociedad romana, los artesanos perfeccionaron la fabricación de espejos de metal pulido, como bronce y plata. Estos objetos eran costosos y se consideraba que tenían una conexión directa con lo divino. Se pensaba que los dioses observaban las almas humanas a través de estos reflejos, por lo que dañarlos se interpretaba como una ofensa que podía atraer su ira.

Por otro lado, algunos divulgadores modernos señalaron recientemente que los antiguos espejos, especialmente los fabricados con metal y mercurio, podían liberar vapores dañinos si se rompían. Según el perfil de Instagram @fascinating_historic_world, esta sustancia tenía la capacidad de afectar la salud de quienes vivían cerca, provocando daños neurológicos o incluso la muerte.

La superstición de los siete años de mala suerte

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La conexión entre romper un espejo y los siete años de mala suerte se remonta a la medicina de la civilización romana. Para ellos, el cuerpo se renovaba por completo cada siete años, un concepto ligado a la salud y a los ciclos vitales del ser humano. Dañar un espejo se veía como una interrupción de ese ciclo, lo que podía traer un período de infortunio hasta que la energía del cuerpo se restableciera.

Con el paso del tiempo, distintas culturas desarrollaron métodos para contrarrestar los efectos negativos de un espejo roto. Entre las prácticas más frecuentes estaba enterrar los fragmentos en tierra fértil, dejarlos expuestos a la luz de la luna llena para purificar su energía, o recurrir a amuletos y talismanes como protección frente a la mala suerte.

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